11.9.08


Psicólog@s para la Ciudadanía: Formación a través del
Curriculum Queer.

Norma Guadalupe Arévalo Torres
Aristeo Santos López
Teresa Ponce Dávalos
Universidad Autónoma del Estado de México
Toluca, Méx.
Resumen:
En este ensayo se propone y justifica la incorporación de la teoría queer como eslabón epistemológico entre los espacios universitarios formadores en Psicología en México y una ciudadanía que demanda ser construida. Para conseguirlo, el trabajo transita por el entorno internacional globalizado y el estado de desventaja en que México se encuentra en materia de desarrollo para los excluidos. Continúa con un acercamiento a la educación como instrumento importante para edificar ciudadanía y de la universidad pública como uno de los principales responsables de esa instrumentación que, sin embargo, revela ausencias notorias de inclusión y diversidad, dejándolas aisladas del resto del proyecto de universidad por el que se trabaja hoy en día.
El documento avanza sobre la propuesta epistemológica y culmina con una breve revisión de los puntos finos de enganche que promovería entre las instancias a vincular, planteándolos como agenda pendiente. Palabras clave: Educación superior, escuelas de Psicología , ciudadanía, teoría queer.

Introducción
En el contexto global actual, México, a pesar de incursionar en bloques económicos y participar en distintos escenarios de vinculación con el entorno productivo, aún se mantiene como un país esencialmente conservador, con una democracia floreciente que aún es vista como la mera transición de poderes entre partidos en una atmósfera predominantemente corrupta y violenta que ha merecido una presencia mundial deshonrosamente notoria. Caracterizado por contrastes socio-demográficos y culturales, ha desarrollado una exclusión ampliamente extendida a diferentes campos, dejando incumplida la función de responsabilidad social con los pobres, indígenas, ancianos, discapacitados y madres solteras, aunado esto a la inequidad y violencia de género; con políticas públicas sobre la salud reproductiva y sexual que adolecen de bajo impacto y la invisibilidad que las minorías sexuales enfrentan. Ante tales rezagos, nociones como la de inclusión y construcción de ciudadanía son solo un discurso vacío, un concepto abordado en tribunas globales con la sola intención de obtener aprobación y financiamiento internacionales.
Por otro lado, aunque se destacan acciones que grupos y organizaciones conscientes vienen realizando, estas actividades están muy lejos de ser ligadas a proyectos integradores, continúan desarticuladas y por momentos están buscando manifestarse por medio de la violencia y de esquemas de resistencia poco pacíficos. En México los conflictos de Chiapas, Oaxaca, Cd. Juárez, transitan desde grupos de indígenas, profesores, mujeres, hasta casos que pudieran parecer aislados, más todos ellos presentes con voces -algunas ya con volumen muy alto y otras aún muy quedo, más nunca apagándose- que reclamen ser escuchadas y atendidas.
Para resarcir esta situación, la sociedad recurre a la universidad por considerar que en ella se encuentran reunidos el saber y los ideales de desarrollo más altos, esperando de ella una participación fundamental para la promoción de una educación capaz de generar el desarrollo de la inclusión y una verdadera ciudadanía. Es a partir de sus académicos e investigadores, por medio de proyectos con distintos perfiles, que las esencias de la universidad: el avance, la generación y difusión del conocimiento, podrán ofrecer un contexto de diversidad cultural y pluralismo en el que de manera simultánea se proteja y fortalezca a la sociedad civil mediante la capacitación de los jóvenes en los valores que constituyen la base de una ciudadanía democrática.
Sin embargo, también la universidad pública está dejando incumplida esta parte de su misión y no alcanza el extremo en que se encuentra la ciudadanía en espera de su llegada.
Todo lo anterior considerado, este trabajo sostiene la necesidad de un engarce epistemológico que reúna a la misión de la universidad con la educación para la ciudadanía y se revisan los aportes que la teoría queer puede realizar a favor de ese engarce. Ciudadanía como esperanza de inclusión y diversidad. Una concepción plena de ciudadanía se manifiesta en la movilización de la
sociedad para la conquista y construcción de los derechos concedidos en la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano en 1789, que deben ser garantizados por el Estado.
Asimismo, es una ciudadanía que tiene como objetivo la conquista y construcción de nuevos derechos. La ciudadanía plena involucra la creación de derechos y nuevos espacios de ejercicio de la ciudadanía.
Ciudadanía es esencialmente conciencia y vivencia de derechos y obligaciones. No hay ciudadanía sin democracia, aunque pueda haber ejercicio no democrático de la ciudadanía. La ciudadanía representa el ejercicio de las libertades y el logro de condiciones favorables para un desempeño de vida digno, lo mismo para pueblos enteros que para las minorías que demandan el reconocimiento de los pueblos para desarrollar su personalidad, ser admitidos y respetados en su diversidad. La noción de diversidad en la ciudadanía es identificada como un igual acceso a programas, servicios y empleo sin consideración de su diferencia, sea esta atribuida a su color, raza, origen geográfico, credo, edad, capacidad, religión, sexo, estado civil, estatus laboral, orientación sexual, belleza física, inteligencia percibida, peso corporal, niveles de educación formal, ilusión de pericia y experiencia, tipo de vestuario, arreglo personal, acento al hablar, casta, cultura o hasta su condición de diestro o zurdo (Zentner, 2005).
Trabajar para la ciudadanía precisa comprender la estrecha liga que existe con la inclusión como no-exclusión, tan sutilmente dada a través de las múltiples maneras en que es posible categorizar, clasificar, etiquetar, juzgar, patologizar e incluso deshumanizar al Otro. (Moreno 2003). Educación para la Ciudadanía Si bien el concepto de ciudadanía es una invención humana que forma parte de su preocupación con lo social, es una construcción muy elaborada referente a la comprensión y respeto como libres, autónomos e iguales en convivencia con otros, tiene un efecto fundamental en la integración de la identidad, definiendo al individuo como sujeto que además es visto en relación con los demás (Gimeno, 2002).
Y es justamente esa característica de relación social inventada lo que permite modificarla, recrearla, dando sustento a una forma de ser y estar con los demás que se acerque más a un ideal de ciudadanía determinado. Y en esto, la escuela lleva una carga sumamente importante de responsabilidad. Para Gadotti (2003), educar es .impregnar de sentido las prácticas, los actos
cotidianos. y entonces, educar para la ciudadanía supone el reconocimiento de una comunidad global, de una sociedad civil planetaria y las exigencias de ésta deben ser trabajadas pedagógicamente a partir de la vida cotidiana, desde las necesidades e intereses de las personas, y con ello radica precisamente en la aceptación, respeto e integración de la diversidad para la reconstrucción y mejora de la sociedad.
Por su parte, Gimeno (2002) enumera las siguientes razones fundamentales para relacionar la educación y la ciudadanía:
• La educación puede colaborar en la construcción del ciudadano estimulando en éste las condiciones personales necesarias para el ejercicio activo y responsable de su papel como miembro del grupo.
• La ciudadanía proporciona un marco de regencias, de normas y de valores en función de las cuales debemos pensar y realizar la educación, seleccionando adecuadamente objetivos y contenidos, así como realizando prácticas coherentes con los principios derivados del entendimiento del sentido de la ciudadanía democrática.
• En un orden epistemológico, la ciudadanía es una forma de ver, de entender y de aspirar a algo en la educación. Proporciona una plataforma discursiva importante para comprender el papel de sus agentes.
• La ciudadanía está siendo sometida a retos específicos en nuestra sociedad con economía e intercambios globalizados. Estos retos exigen nuevos marcos de pensamiento para las relaciones sociales y para plantear reivindicaciones nuevas generadoras de cultura de contraglobalización. En todo caso, esto podría lograrse en la escuela.
• La educación incluye al ciudadano en las sociedades modernas; carecer de ella es quedar excluido de la participación social. Estar o no educado, ser o no instruido, se convierte hoy en la llave que permite el ejercicio efectivo y real de una ciudadanía democrática.
Como gran proyecto a ser considerado desde la educación, la ciudadanía estimula una serie de movimientos dirigidos a construirla: trabajo en el diseño curricular y sus contenidos, políticas y prácticas educativas, investigación, integración de sistemas escolares, formación de actitudes, políticas organizacionales, de control y para la toma de decisiones, recomposición de la comunidad escolar e incluso la consideración de la dimensión comportamental al interior del establecimiento educativo. Construcción de ciudadanía: misión pendiente Los movimientos educativos dirigidos a construir la ciudadanía ya señalados, descansan en gran medida en el nivel superior, al que se le ha atribuido la responsabilidad de ....emprender la transformación y la renovación más radicales que jamás haya tenido, de forma que la sociedad contemporánea, que
en la actualidad vive una profunda crisis de valores .situación postmodernapueda trascender las consideraciones meramente económicas y asumir dimensiones de moralidad y espiritualidad más arraigadas (UNESCO, 1998).
Además, es parte de sus misiones el .contribuir a comprender, interpretar, preservar, reforzar, fomentar y difundir las culturas nacionales y regionales, internacionales e históricas, en un contexto de pluralismo y diversidad cultural. Y ....propiciar el fortalecimiento de enfoques humanistas.... Sin embargo, el sistema de Educación Superior Mexicano vive desde hace poco más de una década la confrontación con su realidad en dos dimensiones, una externa vinculada con el panorama mundial y una local, relativa al impacto que su intervención tiene en la comunidad nacional. Los documentos oficiales que rigen al sistema de educación superior (ANUIES, 2000; UdeG, 2002; UAEM, 2005) revelan que la ciudadanía se encuentra perfilada a lo largo de las dimensiones descritas, los escenarios referidos, la misión, la visión y valores, y no obstante, no han quedado anidados en políticas generales, objetivos estratégicos, metas a corto o mediano plazo y acciones específicas. En un sentido metafórico, el proceso de ciudadanización es
comparable a un embudo, colocando en el extremo más amplio la apertura dada al discurso sobre la inclusión y tras un adelgazamiento gradual, al final del extremo más angosto se localiza el limitado número de iniciativas resultantes que verán su operación.
Ante ello, el trabajo de la universidad pública mexicana con los grupos vulnerables .y los grupos minoritarios existentes al interior de sí mismas- ha alcanzado únicamente los bordes de la identificación, descripción, elaboración del mapa de grupo, más en nada ha contribuido a la generación de una representatividad, a la adquisición de una voz que les dote de activismo, pues,
¿cómo aspirar a una ciudadanía plena sin voz? ¿de qué modo lograremos escuchar los sonidos de los marginales? ¿qué hacer para que el grito de los excluidos emerja? ¿cómo lograr que los tonos de las minorías impregnen el ambiente? ¿de qué manera podrán los diferentes dar volumen al sonido de su ser?
La voz, dice Judith Butler, ha de venir de la coalición, de pensar, actuar, hablar como coalición, cuestionando las políticas y manteniendo una postura antiinstitucional con una crítica a la normalización: .Uno no tiene que volverse normal para convertirse en alguien legítimo, y por tanto, ciudadano. (Michalik, 2001).
La Teoría Queer, puente epistemológico
Puede ser ya evidente a este momento la necesidad de un componente que contribuya a engarzar de modo praxiológico el quehacer de la universidad pública y la necesidad de construir ciudadanía, que tienda puentes desde la integración de esta nueva identidad hasta el trabajo derivado del proyecto. La teoría queer merece convertirse en este eslabón, porque explora las asimetrías y las incomunicaciones de cara al desafío de construir relaciones educativas más fluidas, desmonta de la estructura social las condiciones que restringen la posibilidad de articular ámbitos de convivencia donde cada una de las personas, independientemente de sus características étnicas, sociales o de género, puede desarrollar su vida en plenitud. Además, frente a lo que De Alba (2004) describe como ausencia de utopías sociales y por tanto de sustentos culturales para nuevos proyectos políticossociales que comprendan la necesidad de buscar una igualdad, basada en el respeto y la interrelación de la diferencia cultural y la lucha de minorías raciales oprimidas, de minorías sexuales o de comunidades religiosas, la teoría queer es
una alternativa paradigmática sumamente explícita y decidida, dirigida a la reivindicación de los
objetivos y derechos de grupos específicos dentro de la educación.
La integración de una visión queer a una universidad pública que construye ciudadanía en el contexto nacional actual, le dispone a cuestionar su carácter excluyente heredado de la modernidad (Wagner, 1997), (Terrén, 1999) y a plantear rupturas con los modelos tradicionales.
La teoría queer, siguiendo los insights postestructuralistas, complica las cuestiones de identidad cultural y social, sujetas a un proceso histórico de construcción social, a través de polemizar las identidades consideradas normales, más .ciudadanas.: lo heterosexual, lo caucásico, la clase media, cuerpos que se reproducen, y argumenta que la identidad no es una positividad, no es un absoluto cuya definición se encierra en sí misma. La identidad es siempre una relación: lo que soy se define por lo que no soy; la definición de mi identidad siempre depende de la identidad del Otro. Además de eso, la identidad no es una cosa de la naturaleza; es definida en un proceso de significación: es preciso que, socialmente, le sea atribuido un significado. Como un acto social, esa atribución de significado está, fundamentalmente, sujeta al poder (Silva, 1999).
Una aproximación queer a la ciudadanía como invención social va más allá de la hipótesis de la construcción social de la identidad. Quiere radicalizar la libertad de libre tránsito entre las fronteras de la identidad, la posibilidad de un cruzamiento de fronteras. En la hipótesis de la construcción social, la identidad acaba, al final, siendo fijada, establecida, por la significación, por el lenguaje, por el discurso.
Con ello, es consecuente una revolución epistemológica que se extiende hasta el conocimiento y la identidad de modo general. Pensar queer significa cuestionar, problematizar, contestar, todas las formas bien-portadas de conocimiento y de identidad en búsqueda de la reinvención del individuo como tal y en relación con otros.
Estos postulados incorporan implicaciones sumamente fuertes para todo currículo genitor de psicolog@s , en virtud de que un currículo inspirado en la teoría queer es uno que fuerza los límites de las epistemias dominantes; que no se limita a cuestionar el conocimiento como socialmente construido, sino que se aventura a explorar aquello que no ha sido construido. Si partimos de la aseveración referente a que la educación superior contemporánea opone desafíos inéditos, para los cuales es indispensable generar escenarios también inéditos, parece que la visión queer se erige como una muy viable alternativa epistemológica para la formación de profesionales de la Psicología armonizados con esa realidad.
Aún más, para las tareas que la construcción de una nueva ciudadanía más integral impone a las escuelas de Psicología, la teoría queer puede adquirir un carácter pedagógico (Britzman en Silva, 1999), cuando se determina estimular desde sus postulados un serio tratamiento de las diferencias en un currículo como una cuestión legítima de conocimiento y de identidad. Las diferencias, aunque presentes en la escuela, raramente forman parte del currículo. El análisis de la inequidad y la exclusión, si abordadas en el currículo, son tratadas únicamente en un nivel descriptivo, como aspectos .dados. de la sociedad moderna. En contraste, su abordaje desde la teoría queer no sería solo para estimular una actitud de respeto o tolerancia hacia la diferencia o el tratamiento de la discriminación y los prejuicios. La teoría queer no tiene como objetivo simplemente incluir en el currículo información correcta sobre las diferencias e inequidades, lo que quiere es cuestionar los procesos institucionales y discursivos, las estructuras de significación que definen, antes que nada, lo que es correcto e incorrecto, lo que es moral de lo que es inmoral,
lo que es normal de lo que es anormal. El énfasis de la teoría queer en la pedagogía universitaria no está en la información, sino en una metodología de análisis y comprensión del conocimiento y la identidad para la ciudadanía. (Talburt, S. y Steinberg, S. 2005)
Al hacer estos ajustes a la epistemia del currículo en las escuelas de Psicología, se busca que la educación para la ciudadanía no sea tan solo un curso aislado que fácilmente podría ser ignorado, sino como una forma de aprendizaje que los estudiantes necesitarán para la vida:
.La diversidad . debe ser abordada a través de múltiples lentes, a lo largo del currículo. Mientras que cada campus necesita abordar la diversidad y el compromiso cívico en formas apropiadas a su propia misión, historia, patrones curriculares y estudiantes, . todos los estudiantes deberán tener oportunidades bien diseñadas para explorar al menos cuatro temas que les preparen para la democracia diversa:
• Experiencia, identidad y aspiración.
• Pluralismo . y los alcances de la justicia.
• Experiencias en la búsqueda de la justicia.
• Asuntos de diversidad, equidad y justicia por área de conocimiento.. (Milem, et.al., 2005)
A la luz de esta reflexión sobre el currículo, hallamos que el campo de formación de profesionales de la psicología continúa caracterizado por la información y formación fragmentadas, pues a pesar de existir investigación ésta se encuentra aún dominada por la creación de instrumentos, semánticas de conceptos y tendencia a rótulos desde las propuestas survey, y poco se ha construido desde la docencia, la extensión y la difusión de la cultura para el diálogo con la interdisciplinariedad que conduzca a la formación de psicólog@sorientad@s a la ciudadania.
Agenda Pendiente
Las políticas educativas universitarias tendrían que dirigirse al desarrollo de la ciudadanía a través de las funciones sustantivas y adjetivas universitarias, el impacto y desarrollo curricular, la apertura de líneas editoriales didácticas y para la formación de docentes y trabajadores, programas de posgrado, entrenamiento, educación, talleres, consultoría, asesoría legal, investigación y subsidios.
Además, es menester garantizar que el papel de áreas a favor de la inclusión ya existentes en algunas instituciones como los programas de Estudios de Género y las unidades de apoyo a estudiantes indígenas vayan más allá de la mera organización de foros de consulta y expresión, otorgamiento de becas o promoción de cursos en temas relevantes, logrando influencia sobre el currículo y abasteciendo de operacionalidad a todas las áreas universitarias. Postular la creación de mecanismos para integrar efectivamente a la ciudadanía en el currículo formador de psicólog@s serviría para atender una necesidad emergente de desarrollo donde existan además el estudio y exploración de esta área dentro de la educación superior mexicana. El propósito e ímpetu principal de esta empresa serían la generación y diseminación de conocimientos en la interconectividad de todas las áreas de la opresión y privilegio humanos al mismo tiempo que el desarrollo de estrategias innovadoras para construir una comunidad auténtica mientras se abrazan las diferencias humanas y se promueve activamente el desarrollo de los estudiantes, trabajadores y docentes de las instituciones en las que se forma para la Psicología.

La construcción de ciudadanía en los espacios de educación superior tendería también al diseño e implementación de estrategias innovadoras destinadas a empoderar, desafiar, inspirar, liberar y transformar a los individuos y sus organizaciones desde sus miedos y prejuicios que dificultan el alcance de su máximo potencial. También se podría buscar la transformación de la comunidad donde los tópicos de la diferencia humana fueran reconocidos, apreciados y celebrados.
En otro frente, la libertad para determinar a quién se debe enseñar bien podría estar siendo restringida en algunos lugares y estar siendo atacada en otros. Como resultado, algunas escuelas podrían estar presentando pocos registros de estudiantes indígenas, madres solteras y miembros de las comunidades Gay, Lésbica, Bisexual y Transexual, casi ninguno de adultos mayores y personas con limitaciones físicas observables, al tiempo que podrían estar resultando poco atractivas para estudiantes de otras partes del mundo, en plena era de movilidad, manteniéndose a décadas de progreso de otras sociedades, al limitar sus esfuerzos por garantizar que todos los grupos de la sociedad tengan una igual oportunidad de acceder a la educación superior.
De igual modo, trabajar para la ciudadanía comprende la búsqueda de movilidad estudiantil dotando a los estudiantes con elementos que desarrollen sus competencias de convivencia, respeto, tolerancia, intercambio y aceptación de otras ideas y estilos de vida.
Reflexión Final
La Universidad Pública mexicana merece y requiere trabajar más en el cumplimiento de su misión como constructora de ciudadanía. El contar con una plataforma epistemológica poscrítica como la teoría queer bien podría facilitar la articulación de las acciones a favor de tal empresa.

L@s profesionales de la Psicología debemos trabajar para que nuestra disciplina profesional que forme para la pluralidad, haciéndose inviable su actuación sino es con la ayuda de otros, estableciendo un diálogo palpitante con disciplinas tales como el Derecho, la Educación, la Antropología, el Trabajo Social, la Ecología, la Sociología, la Ciencia Política, la Economía, entre otros. Este camino favorecerá a nuev@s psicólog@s el formarse en una ciudadanía que no establezca banderas o territorios para demarcar, ni diferencias a partir de las cuales discriminar. Es decir, es pro no solo de la inclusión sino de una ciudadanía plena.
Referencias Bibliográficas
ANUIES (2000). La educación superior en el siglo XXI: Líneas estratégicas de desarrollo. México. Autor.
De Alba, A. (2004). Posmodernidad y educación. Implicaciones epistémicas y conceptuales en los discursos educativos. En: CESU/UNAM
(comp.). Posmodernidad y Educación. Ciudad de México: Porrúa.
Gadotti, M. (2003). Perspectivas actuales de la educación, Argentina: Siglo XXI.
Gimeno, J. (2003). Educar y convivir en la cultura global. Las exigencias de la ciudadanía. Madrid: Morata.
Silva, T. (1999). Documentos de identidades, uma introdução às teoria do currículo, Belo Horizonte: Autêntica.
Talburt, S. y Steinberg, S. (2005): Pensando queer: sexualidad, cultura y educación. Colección Crítica y Fundamentos. España: Graó.
Terrén, E. (1999). Educación y modernidad. Entre la utopía y la burocracia. Anthropos.
UNESCO (1998). Declaración mundial sobre la educación superior en el siglo XXI: Visión y Acción. París.
Universidad Autónoma del Estado de México (2001): Plan de desarrollo institucional 2001-2005. Toluca, México: Autor.
Universidad de Guadalajara (2002): Plan de desarrollo institucional 2002- 2010. Guadalajara., México: Autor.
Wagner, P. (1997). Sociología de la modernidad. Barcelona: Herder.
Referencias Electrónicas
Hekma, G. (2004). Sexual citizenship glbtq: An encyclopedia of gay,
lesbian, bisexual, transgender, and queer culture. Recuperado el 28 de junio de 2006 en www.glbtq.com/social-sciences/sexual_citizenship.html.
Michalik, R. (mayo 2001). El deseo como filosofía. LOLApress. (2)
Recuperado el 13 de octubre del 2006 en:
http://www.lolapress.org/elec2/artspanish/butl_s.htm
Zentner, K. (2005): The case for diversity: A role for the university of Minnesota. Recuperado el 27 de diciembre de 2005 en http://www.extension.umn.edu/.

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