23.9.08

DEL ENAMORAMIENTO AL AMOR, DONDE FALTA COMPROMISO, FALTA MADUREZ
Leonor Guadalupe Delgadillo Guzmán,
Aida Mercado Maya,
Aristeo Santos López,
Profesores-investigadores de Tiempo Completo, Nivel Superior, UAEM

Mucho se ha hablado del amor a primera vista, de la química entre una pareja o, simplemente, del tan añorado amor romántico. La relación de pareja es una experiencia en la vida de la mayoría de los seres humanos. La identificación amorosa con el otro va más allá de la amistad, a través de una mayor integración e intimidad. La búsqueda de comprensión, compañía y contacto físico amoroso es una constante en casi toda la gente; es por esta, casi univer-salidad, que resulta pertinente, desde la psicología, presentar un abordaje del significado de pareja y del proceso del enamo-ramiento al amor.
Una pregunta para comenzar sería: ¿qué es la pareja? Ésta se puede describir como la unión de dos personas para formar una relación amorosa, esto es lo común, lo conocido, sin embargo, ha sido definida de diferentes formas por diversos autores.
Por ejemplo, Corbella (1994) define a la pareja como aquella unión afectiva entre dos personas que se han comprometido mutua-mente a mantener su relación.
Sánchez Aragón (1995, citado por Cañetas, 2000) señala que es una entidad compuesta por dos personas de distinto sexo, unidas por un compromiso emocional (más legal o religioso), cuyo propósito es constituir una institución social (familia), basada en normas culturales específicas.
Corpas (2002) refiere que la pareja es caminar juntos por la vida. Es encontrar apoyo en alguien para quien también se es apoyo.
Es sentirse valorado.
Es compartir ilusiones y temores, gustos e intereses, sueños y fracasos, alegrías y sinsabores.
Es tener con quien comunicarse para hablar de todo y nada, callar y escuchar.
Es confiar en alguien en quien se cree y se espera.
Es disfrutar la ternura y expresar en la unión de los cuerpos, la unión de los corazones.
Es mirarse el uno al otro a los ojos y mirar juntos en la misma dirección.
Es la emoción de amar y ser amado.
Es descubrir la felicidad.
Es encontrar risas y sonrisas, palabras de agradecimiento y de estímulo, ternura y generosidad, detalles que mantienen vivas las ilusiones, miradas cómplices y episodios divertidos a pesar de las caras largas, los silencios agresivos, la apatía, el egoísmo, las miradas despectivas, las frustraciones y la rutina que se cuelan peligrosamente en la vida cotidiana.
Se puede decir que se trata de una relación interdependiente entre dos personas que conjuga el amor erótico; es una unión que satisface las necesidades emocionales, como intimidad, compañía, protección; de índole social, como el formar una familia, y físicas, como la sexualidad y la reproducción.
Desde los primeros días de vida el ser humano necesita de otro; para el hombre no es bueno estar solo. Esta necesidad se plantea a nivel físico, emocional e intelectual. El sentimiento ilusorio de que no es bueno estar solo es un mal síntoma.
En la definición de amor se encuentran varios aspectos impor-tantes como:
El amor como una necesidad de presencia física y de apoyo emocional del ser amado.
El amor como un sentimiento de procuración y responsabilidad por el ser amado.
El amor como el deseo de un contacto cercano y confidencial, compartiendo ciertos pensamientos y sentimientos con el ser humano amado, de un modo más completo que con cualquier otra persona.
Amor como “la preocupación activa por la vida y el crecimiento de aquello que amamos, como arte que requiere conocimiento y esfuerzo”, concepción de Erich Fromm. (1995)
Es necesario diferenciar el amor de la compañía. La compañía se refiere al afecto que se experimenta con aquéllos con quienes nuestra vida está profundamente entrelazada, como por ejemplo amigos íntimos o,a su vez, la pareja. A diferencia de esto, el amor romántico y pasional se refiere a un estado de intensa abstracción con el otro, lo que incluye un estado de intensa excitación fisiológica.
El estar enamorado estaría relacionado con el deseo de mantener intimidad con el objeto amado. Una persona que es capaz de dar y recibir amor con un mínimo de miedo, ansiedad y de conflicto posee la capacidad para desarrollar relaciones íntimas genuinas con otra persona. La intimidad es lo que caracteriza al amor maduro. En este tipo de relación amorosa el sexo funciona como un catalizador.
May (2000) describe los valores del amor sexual como una expansión de la propia auto conciencia, la experiencia de ternura, un incremento de la autoafirmación y del orgullo y, a veces incluso, la sensación de fusión total. Dentro de este marco el amor y el sexo se refuerzan mutuamente.
La pareja es constitutiva de todo ser humano, en ella ambos miembros buscan satisfacer sus necesidades biológicas, emocionales y existenciales. Esta unión se encuentra condicionada por una serie de factores y realidades, entre las que destacan la personalidad externa de los cónyuges, la dependencia, la identidad corporal, la genitalidad y, sobre todo, el amor en la pareja. (López, 1983, citado por Cañelas, 2000)
Con respecto al enamoramiento Bucay y Salinas (2001) expresan que se trata de un encuentro pasional, desbordante, incontenible e irracional. Las emociones invaden, se apoderan de la persona y por un tiempono se puede pensar en otra cosa que no sea la persona de quién se está enamorado y en la alegría de que esto esté ocurriendo. Cuando la gente se enamora no ve al otro en su totalidad, sino que el otro funciona como una pantalla, donde el enamorado proyecta los aspectos que ha idealizado de la pareja.
El enamoramiento es más bien una relación en la cual la otra persona no es reconocida como verdaderamente otra, sino, más bien, sentida e interpretada como si fuera el doble de uno mismo y eventualmente dotada de rasgos quecorresponden a laimagen idealizada de lo que se quisiera ser. (Op. Cit.)
Como se puede observar el enamoramiento es la antesala del amor. Corbella (1994) define al enamoramiento como una respuesta emocional que reúne, en una emoción definible como única, un conjunto de respuestas personales, que van desde la necesidad de proximidad, deseo y pasión, hasta la estima y la voluntad de bienestar de la persona amada.
El enamoramiento puede asemejarse a un estallido, una rebelión; un estado en el cual la persona está en condiciones de vivir en la piel sensaciones no explicables, al margen de la locura, que supone sentirse atraído por otra persona. La raíz del enamoramiento debe buscarse en la atracción por el otro, atracción que se manifiesta en deseo de contacto físico, donde no hay caricias, no hay amor.
En este orden de ideas se puede establecer que la persona enamorada, al parecer se deslumbra ante la presencia del otro, pues le demuestra la imagen idealizada que se tiene con respecto al amor y a la vida en pareja. Este sentimiento es tan fuerte que ciega a quien lo vive y pareciera que lo atrapa cada vez más.
Todos los seres humanos se encuentran predispuestos, en mayor o menor grado, al enamoramiento. Una persona enamorada evita limitarse en su amor, no hay razón ni impedimento alguno capaz de anular el impulso. El enamoramiento es, por tanto, pasión y necesidad, una cuestión confusa que conduce a la atracción apasionada, situación de fatalidad.
Corbella (1994), al respecto plantea que una atracción apasionada es intensa, pero efímera, a diferencia del enamoramiento que nunca es efímero, incluso, sí se vivencia varias veces, pues una persona enamorada nunca creerá que su experiencia sea inagotable.
En cuanto al amor, éste es considerado una condición humana amplísima, de infinitas dimensiones. Señala que hay un amor específico, propio de la relación de pareja, pero que al intentar definirlo sólo se le limita; el hombre no entiende al amor, sólo cree en él y lo siente.
Corpas (2001) señala que el amor es una fuerza que lleva hacia el ser amado, que impulsa hacia la pareja; es aquella experiencia que trasforma, libera, despierta lo mejor de los individuos y los hace crecer como personas.
En una relación de pareja, el amor se constituye como la voluntaria adaptación a un ser variable y valioso de otro ser variable y valioso. (Rodríguez, 1992)
Es actitud y acción más que pasividad y recepción. No es mera pasión, porque la pasión tiene más de pasividad que de actividad. (Fromm, 1995)
Todo amor genuino quiere escribir su propia historia, porque es espíritu, no en sentido inmaterial, sino en sentido original, poder creativo, sutil y transformante. (Mercado, 2000)
Frankl (1991) con respecto al amor dice lo siguiente:
Es experimentar a la otra persona en toda su unicidad y singularidad.
El amor hace que se comprenda a la otra persona en toda su esencia, como el ser único y distinto que es. Comoser humano la persona amada se hace indispensable e irremplazable, aunque no exista una razón lógica para ello.
El amor no es algo que se deba merecer, es inmerecido. Es también un hechizo que se refleja sobre el mundo y sobre los valores del hombre.
El amor es más amor cuando se incluye todo lo que se es, todo lo que es humano. Se relaciona con todas las dimensiones humanas: gozo, frustración, coraje, desaliento, amargura y, así, con toda la humanidad. El ser humano está hecho para responder a sí mismo y a la vida en sus relaciones con sus iguales (pareja) y a Dios.
Se puede decir que el amor es una experiencia propiamente humana, se caracteriza por una serie de emociones que propician el encuentro con otra persona, fundamentándose en un compromiso personal con uno mismo y con lapareja.
Pero ¿cuándo se pasa del enamoramiento al amor? Bucay y Salinas (2001) señalan que el enamoramiento es como despertar de un sueño. Aparecerá poco a poco una persona asombro-samente diferente de aquélla a la que se creía estar unido. Es aquí donde se descubren las diferencias y se desemboca en la confrontación. Hay que buscar las diferencias e intentar unirse a través de ellas, no como antes, que sólo unían las semejanzas.
En este sentido, se puede observar que tras el enamoramiento puede aflorar un sentimiento de plenitud y goce o, por el contrario, aparecer un sentimiento de resignación, lo que podría llevar al fin de la relación amorosa.
El amor de pareja sigue, en sus inicios, el proceso de enamora-miento. El cambio del enamoramiento al amor no debería suponer recorte a la capacidad de vivir intensamente la realidad afectiva, pero lo cierto es que el tiempo, las dificultades de la convivencia y la distinta evaluación de cada individuo, hacen aparecer un cúmulo de dificultades que conducen a considerar válida la expresión, el enamoramiento es un estado transitorio. (Corbella, 1994)
Por esto, el primer reto de quien pretenda la vivencia de un sentimiento amoroso es buscar su propia realidad y ser fiel a ella. Corbella (1994) refiere que en el aprendizaje del amor, la primera asignatura consiste en afrontar el reto de ser. Quien no se ame a sí mismo no podrá amar a otro. Quien no se acepte a sí mismo, difícilmente, aceptará al otro. Quien no goce la vida no encontrará sentido al compartirla.
Clamor maduro considera el punto de vista de la otra persona, no se queda en el egocentrismo infantil, rompe con el monólogo y la pareja es capaz de entablar el diálogo del amor incondicional.
El amor lleva al ser humano a pensar en el otro antes de en sí mismo, a complacer al otro, a tomar seriamente las ideas y los sentimientos del otro. En otras palabras, establece un movimiento circulatorio de dar y recibir, en esto consiste la sana comunicación humana. (Mercado, 2000)
Lo que distingue al amor verdadero es la capacidad de la pareja para establecer entre ellos un verdadero intercambio humano y no sólo dos monólogos. Lo anterior consiste en dar el mismo valor a los gustos, deseos y modos del otro como si se tratara de uno mismo.
Aaron Beck (1993) insiste en que es necesario corregir esquemas autodestructivos y hábitos contraproducentes que suelen tener las parejas, para ello habla de tres aspectos fundamentales:
Luchar por lograr cimientos de confianza, respeto, lealtad y seguridad.
Cultivar el aspecto afectuoso y tierno de la relación: sensibilidad, consideración, comprensión, expresión y demostración de cariño.
Afianzar el compañerismo, el sentido de colaboración, de responsabilidad y compromiso.
Nada es más rico que una persona, nada es más apasionante que una vida. El amor supone la posibilidad de compartir ambas realidades y para ello se debe ser uno mismo; quien no es, no puede amar, porque no podría conocer al otro.
Es así como todas las parejas van creando su propio mundo, van realizando su propio proyecto, éste necesita cuidado y atención, pues el amor hay que conquistarlo, descubrirlo y mantenerlo todos los días. Porque en cuestiones de amor y pareja no hay fórmulas ni recetas, ya que el amor lo construye y consolida cada pareja.
La pareja ideal se construye día a día alimentándose en los lazos de la comunicación, el respeto mutuo y un proyecto común, aceptando que los conflictos son una pieza más de toda relación humana.
González (2000) señala que el hombre necesita del otro para salir de sí mismo, sólo a través del otro se crece, se refleja, se encuentra y se reconoce. La vida tiene sentido y propósito cuando hay alguien que aguarda al final del día, que aprecia lo que se hace, reconoce la valía y se beneficia de la existencia del otro.
El vínculo amoroso es fuente de crecimiento, contiene dentro de sí un aprendizaje: el sentido del ser en la pareja parte del sentido que cada uno de los miembros tenga como persona; no se puede alcanzar una meta plena de sentido, con ayuda de medios contrarios a éste. La vida en pareja debe ser una experiencia plena y significativa; en pocas palabras, una caricia al alma.
Bibliografía
Beck, A. (1993). Con el amor no basta, Paidós, México.
Bucay, J. Salinas, S. (2001). Amarse con los ojos abiertos, Océano, México.
Cañetas, E. M. (2000). Desarrollo y validación de un instrumento de satisfacción marital. México, UNAM.
Corbella, J. (1994). Descubrir la psicología, enamoramiento y amor. Tomo VI,Folio, México.
Corpas, I. (2000). Planeación estratégica para parejas.México, Norma.
Mercado, A. (2000). Amor, poder y violencia en la relación de pareja. Compiladoras Delgadillo, L. y Gurrola, M. Entre la violencia y el amor,reflexiones desde la psicología. México, Cap. I. UAEM.
FrankL, V. (1991). El hombre en busca de sentido. España, Herder.
May, R. (2000). Amor y voluntad. España, Gedisa.
Fromm, E. (1995). El arte de amar. México, Paidós.
Rodríguez, M. (1992). La creatividad en la pareja. México, Trillas.

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