23.9.08

Violencia organizacional
Los valores como receptores de ella

Leonor Guadalupe Delgadillo Guzmán
Aída Mercado Maya
Universidad Autónoma del Estado de México
Facultad de Ciencias de la Conducta

Resumen
El presente estudio, es un reporte de investigación sobre la violencia organizacional recibida por varones dentro de instituciones de trabajo. Tuvo como objetivo identificar las líneas de acción que tomaban frente a ella. El modelo teórico utilizado fue la sociología fenomenológica apoyada por la perspectiva de género. Se trabajo con un total de seis varones como practicantes, cantidad indicada para los estudios de esta naturaleza (Morse, 1994). La técnica de indagación fue la entrevista a profundidad. Las categorías de análisis fueron el conocimiento social y el sentido de la violencia recibida. El análisis de los resultados fue deductiva, ya que se busco aplicar los elementos centrales de la teoría al fenómeno (Ruiz,1996). Los resultados arrojaron que una ves que logran identificar la violencia de la que son objetos, producen dos tipos de reacción básica psicológica en el receptor, una vez que advierte una situación conflictiva, por un lado el esfuerzo por resolver la situación y por otro lado la exigencia social de desempeñarse adecuadamente en el trabajo que le corresponde, lo cual representa un fuerte presión psicológica, que produce perturbaciones de este mismo orden. El tipo de violencia que presentó mayor recurrencia fue la psicológica, seguida de la sexual, la económica y la física.
DEL ENAMORAMIENTO AL AMOR, DONDE FALTA COMPROMISO, FALTA MADUREZ
Leonor Guadalupe Delgadillo Guzmán,
Aida Mercado Maya,
Aristeo Santos López,
Profesores-investigadores de Tiempo Completo, Nivel Superior, UAEM

Mucho se ha hablado del amor a primera vista, de la química entre una pareja o, simplemente, del tan añorado amor romántico. La relación de pareja es una experiencia en la vida de la mayoría de los seres humanos. La identificación amorosa con el otro va más allá de la amistad, a través de una mayor integración e intimidad. La búsqueda de comprensión, compañía y contacto físico amoroso es una constante en casi toda la gente; es por esta, casi univer-salidad, que resulta pertinente, desde la psicología, presentar un abordaje del significado de pareja y del proceso del enamo-ramiento al amor.
Una pregunta para comenzar sería: ¿qué es la pareja? Ésta se puede describir como la unión de dos personas para formar una relación amorosa, esto es lo común, lo conocido, sin embargo, ha sido definida de diferentes formas por diversos autores.
Por ejemplo, Corbella (1994) define a la pareja como aquella unión afectiva entre dos personas que se han comprometido mutua-mente a mantener su relación.
Sánchez Aragón (1995, citado por Cañetas, 2000) señala que es una entidad compuesta por dos personas de distinto sexo, unidas por un compromiso emocional (más legal o religioso), cuyo propósito es constituir una institución social (familia), basada en normas culturales específicas.
Corpas (2002) refiere que la pareja es caminar juntos por la vida. Es encontrar apoyo en alguien para quien también se es apoyo.
Es sentirse valorado.
Es compartir ilusiones y temores, gustos e intereses, sueños y fracasos, alegrías y sinsabores.
Es tener con quien comunicarse para hablar de todo y nada, callar y escuchar.
Es confiar en alguien en quien se cree y se espera.
Es disfrutar la ternura y expresar en la unión de los cuerpos, la unión de los corazones.
Es mirarse el uno al otro a los ojos y mirar juntos en la misma dirección.
Es la emoción de amar y ser amado.
Es descubrir la felicidad.
Es encontrar risas y sonrisas, palabras de agradecimiento y de estímulo, ternura y generosidad, detalles que mantienen vivas las ilusiones, miradas cómplices y episodios divertidos a pesar de las caras largas, los silencios agresivos, la apatía, el egoísmo, las miradas despectivas, las frustraciones y la rutina que se cuelan peligrosamente en la vida cotidiana.
Se puede decir que se trata de una relación interdependiente entre dos personas que conjuga el amor erótico; es una unión que satisface las necesidades emocionales, como intimidad, compañía, protección; de índole social, como el formar una familia, y físicas, como la sexualidad y la reproducción.
Desde los primeros días de vida el ser humano necesita de otro; para el hombre no es bueno estar solo. Esta necesidad se plantea a nivel físico, emocional e intelectual. El sentimiento ilusorio de que no es bueno estar solo es un mal síntoma.
En la definición de amor se encuentran varios aspectos impor-tantes como:
El amor como una necesidad de presencia física y de apoyo emocional del ser amado.
El amor como un sentimiento de procuración y responsabilidad por el ser amado.
El amor como el deseo de un contacto cercano y confidencial, compartiendo ciertos pensamientos y sentimientos con el ser humano amado, de un modo más completo que con cualquier otra persona.
Amor como “la preocupación activa por la vida y el crecimiento de aquello que amamos, como arte que requiere conocimiento y esfuerzo”, concepción de Erich Fromm. (1995)
Es necesario diferenciar el amor de la compañía. La compañía se refiere al afecto que se experimenta con aquéllos con quienes nuestra vida está profundamente entrelazada, como por ejemplo amigos íntimos o,a su vez, la pareja. A diferencia de esto, el amor romántico y pasional se refiere a un estado de intensa abstracción con el otro, lo que incluye un estado de intensa excitación fisiológica.
El estar enamorado estaría relacionado con el deseo de mantener intimidad con el objeto amado. Una persona que es capaz de dar y recibir amor con un mínimo de miedo, ansiedad y de conflicto posee la capacidad para desarrollar relaciones íntimas genuinas con otra persona. La intimidad es lo que caracteriza al amor maduro. En este tipo de relación amorosa el sexo funciona como un catalizador.
May (2000) describe los valores del amor sexual como una expansión de la propia auto conciencia, la experiencia de ternura, un incremento de la autoafirmación y del orgullo y, a veces incluso, la sensación de fusión total. Dentro de este marco el amor y el sexo se refuerzan mutuamente.
La pareja es constitutiva de todo ser humano, en ella ambos miembros buscan satisfacer sus necesidades biológicas, emocionales y existenciales. Esta unión se encuentra condicionada por una serie de factores y realidades, entre las que destacan la personalidad externa de los cónyuges, la dependencia, la identidad corporal, la genitalidad y, sobre todo, el amor en la pareja. (López, 1983, citado por Cañelas, 2000)
Con respecto al enamoramiento Bucay y Salinas (2001) expresan que se trata de un encuentro pasional, desbordante, incontenible e irracional. Las emociones invaden, se apoderan de la persona y por un tiempono se puede pensar en otra cosa que no sea la persona de quién se está enamorado y en la alegría de que esto esté ocurriendo. Cuando la gente se enamora no ve al otro en su totalidad, sino que el otro funciona como una pantalla, donde el enamorado proyecta los aspectos que ha idealizado de la pareja.
El enamoramiento es más bien una relación en la cual la otra persona no es reconocida como verdaderamente otra, sino, más bien, sentida e interpretada como si fuera el doble de uno mismo y eventualmente dotada de rasgos quecorresponden a laimagen idealizada de lo que se quisiera ser. (Op. Cit.)
Como se puede observar el enamoramiento es la antesala del amor. Corbella (1994) define al enamoramiento como una respuesta emocional que reúne, en una emoción definible como única, un conjunto de respuestas personales, que van desde la necesidad de proximidad, deseo y pasión, hasta la estima y la voluntad de bienestar de la persona amada.
El enamoramiento puede asemejarse a un estallido, una rebelión; un estado en el cual la persona está en condiciones de vivir en la piel sensaciones no explicables, al margen de la locura, que supone sentirse atraído por otra persona. La raíz del enamoramiento debe buscarse en la atracción por el otro, atracción que se manifiesta en deseo de contacto físico, donde no hay caricias, no hay amor.
En este orden de ideas se puede establecer que la persona enamorada, al parecer se deslumbra ante la presencia del otro, pues le demuestra la imagen idealizada que se tiene con respecto al amor y a la vida en pareja. Este sentimiento es tan fuerte que ciega a quien lo vive y pareciera que lo atrapa cada vez más.
Todos los seres humanos se encuentran predispuestos, en mayor o menor grado, al enamoramiento. Una persona enamorada evita limitarse en su amor, no hay razón ni impedimento alguno capaz de anular el impulso. El enamoramiento es, por tanto, pasión y necesidad, una cuestión confusa que conduce a la atracción apasionada, situación de fatalidad.
Corbella (1994), al respecto plantea que una atracción apasionada es intensa, pero efímera, a diferencia del enamoramiento que nunca es efímero, incluso, sí se vivencia varias veces, pues una persona enamorada nunca creerá que su experiencia sea inagotable.
En cuanto al amor, éste es considerado una condición humana amplísima, de infinitas dimensiones. Señala que hay un amor específico, propio de la relación de pareja, pero que al intentar definirlo sólo se le limita; el hombre no entiende al amor, sólo cree en él y lo siente.
Corpas (2001) señala que el amor es una fuerza que lleva hacia el ser amado, que impulsa hacia la pareja; es aquella experiencia que trasforma, libera, despierta lo mejor de los individuos y los hace crecer como personas.
En una relación de pareja, el amor se constituye como la voluntaria adaptación a un ser variable y valioso de otro ser variable y valioso. (Rodríguez, 1992)
Es actitud y acción más que pasividad y recepción. No es mera pasión, porque la pasión tiene más de pasividad que de actividad. (Fromm, 1995)
Todo amor genuino quiere escribir su propia historia, porque es espíritu, no en sentido inmaterial, sino en sentido original, poder creativo, sutil y transformante. (Mercado, 2000)
Frankl (1991) con respecto al amor dice lo siguiente:
Es experimentar a la otra persona en toda su unicidad y singularidad.
El amor hace que se comprenda a la otra persona en toda su esencia, como el ser único y distinto que es. Comoser humano la persona amada se hace indispensable e irremplazable, aunque no exista una razón lógica para ello.
El amor no es algo que se deba merecer, es inmerecido. Es también un hechizo que se refleja sobre el mundo y sobre los valores del hombre.
El amor es más amor cuando se incluye todo lo que se es, todo lo que es humano. Se relaciona con todas las dimensiones humanas: gozo, frustración, coraje, desaliento, amargura y, así, con toda la humanidad. El ser humano está hecho para responder a sí mismo y a la vida en sus relaciones con sus iguales (pareja) y a Dios.
Se puede decir que el amor es una experiencia propiamente humana, se caracteriza por una serie de emociones que propician el encuentro con otra persona, fundamentándose en un compromiso personal con uno mismo y con lapareja.
Pero ¿cuándo se pasa del enamoramiento al amor? Bucay y Salinas (2001) señalan que el enamoramiento es como despertar de un sueño. Aparecerá poco a poco una persona asombro-samente diferente de aquélla a la que se creía estar unido. Es aquí donde se descubren las diferencias y se desemboca en la confrontación. Hay que buscar las diferencias e intentar unirse a través de ellas, no como antes, que sólo unían las semejanzas.
En este sentido, se puede observar que tras el enamoramiento puede aflorar un sentimiento de plenitud y goce o, por el contrario, aparecer un sentimiento de resignación, lo que podría llevar al fin de la relación amorosa.
El amor de pareja sigue, en sus inicios, el proceso de enamora-miento. El cambio del enamoramiento al amor no debería suponer recorte a la capacidad de vivir intensamente la realidad afectiva, pero lo cierto es que el tiempo, las dificultades de la convivencia y la distinta evaluación de cada individuo, hacen aparecer un cúmulo de dificultades que conducen a considerar válida la expresión, el enamoramiento es un estado transitorio. (Corbella, 1994)
Por esto, el primer reto de quien pretenda la vivencia de un sentimiento amoroso es buscar su propia realidad y ser fiel a ella. Corbella (1994) refiere que en el aprendizaje del amor, la primera asignatura consiste en afrontar el reto de ser. Quien no se ame a sí mismo no podrá amar a otro. Quien no se acepte a sí mismo, difícilmente, aceptará al otro. Quien no goce la vida no encontrará sentido al compartirla.
Clamor maduro considera el punto de vista de la otra persona, no se queda en el egocentrismo infantil, rompe con el monólogo y la pareja es capaz de entablar el diálogo del amor incondicional.
El amor lleva al ser humano a pensar en el otro antes de en sí mismo, a complacer al otro, a tomar seriamente las ideas y los sentimientos del otro. En otras palabras, establece un movimiento circulatorio de dar y recibir, en esto consiste la sana comunicación humana. (Mercado, 2000)
Lo que distingue al amor verdadero es la capacidad de la pareja para establecer entre ellos un verdadero intercambio humano y no sólo dos monólogos. Lo anterior consiste en dar el mismo valor a los gustos, deseos y modos del otro como si se tratara de uno mismo.
Aaron Beck (1993) insiste en que es necesario corregir esquemas autodestructivos y hábitos contraproducentes que suelen tener las parejas, para ello habla de tres aspectos fundamentales:
Luchar por lograr cimientos de confianza, respeto, lealtad y seguridad.
Cultivar el aspecto afectuoso y tierno de la relación: sensibilidad, consideración, comprensión, expresión y demostración de cariño.
Afianzar el compañerismo, el sentido de colaboración, de responsabilidad y compromiso.
Nada es más rico que una persona, nada es más apasionante que una vida. El amor supone la posibilidad de compartir ambas realidades y para ello se debe ser uno mismo; quien no es, no puede amar, porque no podría conocer al otro.
Es así como todas las parejas van creando su propio mundo, van realizando su propio proyecto, éste necesita cuidado y atención, pues el amor hay que conquistarlo, descubrirlo y mantenerlo todos los días. Porque en cuestiones de amor y pareja no hay fórmulas ni recetas, ya que el amor lo construye y consolida cada pareja.
La pareja ideal se construye día a día alimentándose en los lazos de la comunicación, el respeto mutuo y un proyecto común, aceptando que los conflictos son una pieza más de toda relación humana.
González (2000) señala que el hombre necesita del otro para salir de sí mismo, sólo a través del otro se crece, se refleja, se encuentra y se reconoce. La vida tiene sentido y propósito cuando hay alguien que aguarda al final del día, que aprecia lo que se hace, reconoce la valía y se beneficia de la existencia del otro.
El vínculo amoroso es fuente de crecimiento, contiene dentro de sí un aprendizaje: el sentido del ser en la pareja parte del sentido que cada uno de los miembros tenga como persona; no se puede alcanzar una meta plena de sentido, con ayuda de medios contrarios a éste. La vida en pareja debe ser una experiencia plena y significativa; en pocas palabras, una caricia al alma.
Bibliografía
Beck, A. (1993). Con el amor no basta, Paidós, México.
Bucay, J. Salinas, S. (2001). Amarse con los ojos abiertos, Océano, México.
Cañetas, E. M. (2000). Desarrollo y validación de un instrumento de satisfacción marital. México, UNAM.
Corbella, J. (1994). Descubrir la psicología, enamoramiento y amor. Tomo VI,Folio, México.
Corpas, I. (2000). Planeación estratégica para parejas.México, Norma.
Mercado, A. (2000). Amor, poder y violencia en la relación de pareja. Compiladoras Delgadillo, L. y Gurrola, M. Entre la violencia y el amor,reflexiones desde la psicología. México, Cap. I. UAEM.
FrankL, V. (1991). El hombre en busca de sentido. España, Herder.
May, R. (2000). Amor y voluntad. España, Gedisa.
Fromm, E. (1995). El arte de amar. México, Paidós.
Rodríguez, M. (1992). La creatividad en la pareja. México, Trillas.

PANORÁMICA DE LA VIOLENCIA ORGANIZACIONAL
Leonor Gpe. Delgadillo Guzmán.
Aida Mercado Maya
Sergio Luis García Iturriaga
Vania Vivas Vargas
RESUMEN
El presente trabajo tuvo como objetivo presentar un panorama sobre la violencia organizacional, mostrando las estadísticas a nivel mundial de los últimos años, la legislación existente para contrarrestarla y los diferentes conceptos que se han propuesto para nombrarla. Cada uno de estos tres elementos plantean la complejidad del problema, que asoma la violencia estructural y cultural que favorece el que se produzca la violencia al interior de las organizaciones. Se propone que para disminuirla desde las áreas de Recursos Humanos se dé la formación e información necesarios al respecto a los todos y cada uno de los colaboradores independientemente de su nivel jerárquico, de su antigüedad, o de su pertenencia sindical, desde el ingreso, durante su permanencia laboral y hasta la salida del empleado.
PALABRAS CLAVES
Violencia organizacional, violencia simbólica,
INTRODUCCIÓN
¿Por qué es un problema la violencia organizacional? Básicamente dos elementos muestran de manera contundente el porque habría que sen entendido este fenómeno como un problema, en primer lugar porque altera la condición de salud del receptor del acto violento, con lo que se ve comprometido su estado general de bienestar y desarrollo sicosocial, en segundo lugar porque se trasgrede el derecho jurídico de contar con un lugar digno de trabajo.
La violencia organizacional presenta una serie de dificultades al momento de su abordaje, una de estas dificultades se encuentran en la falta de datos precisos que den cuenta de su amplitud y de su manifestación, los registros con los que se cuentan son en el mejor de los casos una mera aproximación al fenómeno.
Una segunda dificultad es la aplicación del marco jurídico existente, a pesar de que se han logrado avances importantes, hacer frente al problema de la violencia organizacional demanda mecanismos operativos claros, concretos y sistemáticos para enfrentarla, lo cual puede lograrse a través del análisis del contexto laboral que revela como el actual sistema económico produce lo que Galtung (1998) llama violencia estructural y violencia cultural, de tomar en cuenta estos aspectos se ganará en toma de conciencia sobre las implicaciones de la violencia organizacional en el marco de la institución de la que se hable.
Una tercer dificultad que hay que encarar es la falta de consenso en la academia para poder definirla, pudiese pensarse que una manera de resolver esto es a partir de la consideración de los actores involucrados, del contenido de su acción y de las implicaciones del mismo, en el presente trabajo se hace un propuesta para su definición, con el ánimo de que sea considerada al menos como un punto de partida y tras haber discutido las definiciones de varios estudiosos al respecto.
La estructura del trabajo es la siguiente, en un primer apartado se analizan las estadísticas sobre la violencia organizacional, enseguida se abre una discusión sobre su legislación, a continuación se analizan las propuestas para definir la violencia organizacional y se cierra el trabajo con algunas conclusiones.
1. Estadísticas sobre la violencia organizacional Desde 1989 la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo, con sede en Dublín, ha realizado a nivel mundial una encuesta denominada International Crime Victime Survey (ICVS por sus siglas en inglés) o encuesta internacional de crimen (víctima). Esta encuesta explora la incidencia de distintos crímenes como resultado de la actividad laboral, los crímenes se dividen en 3 grupos:
1) daño a propiedad (robo de vehículos o vandalismo a los vehículos)
2)Robo en domicilio y
3) victimización experimentada por el sujeto (robo, asalto, amenazas y acoso sexual).
Las estadísticas que interesan de esta encuesta son las amenazas y acoso sexual que se reporta dentro del lugar de trabajo. Los datos que se recopilan de acoso sexual son únicamente de mujeres. En la actualidad se encuentran disponibles datos de las encuestas realizadas en 1989, 1992, 1996, 2000.
De la encuesta del 2000 en general se puede decir que hay mayor incidencia de agresiones y amenazas en el lugar de trabajo, que de incidentes sexuales, 3.6% de las mujeres encuestadas reportan incidentes sexuales en el lugar de trabajo y 5.9% de los encuestados fue víctima de agresiones y amenazas en el año previo a la encuesta (a nivel mundial). Esta tendencia es aplicable a la mayoría de los países excepto en los casos de Finlandia, Japón y Países Bajos, casos en los que las estadísticas de abuso sexual son mayores a las de agresiones y amenazas.
Porcentajes alarmantes de víctimas de agresiones y amenazas se presentan en Australia, Escocia e Inglaterra, países cuyos índices al respecto están por arriba del 10% (11.2, 10.3 y 12.4 respectivamente) En un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 1998) basado en los datos de la encuesta ICVS de 1996 se menciona que en los Estados Unidos alrededor de mil personas son muertas cada año en entornos laborales.
Los datos aquí vertidos, apuntan dos cosas relevantes, la primera de ellas es la dimensión del problema, a pesar de que se trata de estadísticas y que como herramientas sólo nos aproxima a una parte del fenómeno, lo cierto es que sucede a nivel mundial y resta salud a quien la padece, debilita su condición de bienestar y trasgrede su derecho a una condición laboral digna de trabajo. La segunda cosa que se advierte es el aumento de casos registrados conforme transcurre el tiempo, es decir, su incidencia aumenta, un hecho que obliga al análisis de la actual dinámica laboral en cuya coyuntura se encuentra la globalización.
Petrella (1997) en relación al mundo global señala que, es el resultado de una profunda reorganización de la economía y de la sociedad, reorganización que permea al “primer mundo” (los países capitalistas desarrollados de Occidente), el “segundo mundo” (las economías comunistas bajo comando estatal) y el “tercer mundo” (los países subdesarrollados y pobres de América Latina, Africa y Asia)(1). Las firmas apoyándose en la globalización han establecido una estrategia de alianza que les permite mantenerse en posiciones de venta-consumo privilegiadas, beneficiándose en: reducción de costos; acceso a tecnología complementaria, capturando el conocimiento y la tecnología del socio; reducción del ciclo de vida del producto; compartir costos en el desarrollo de productos; penetrar mejor en mercados extranjeros; llegar a gente más calificada y más barata; y por último la manipulación de las leyes laboral: hay una tendencia a la
eliminación de protecciones a los trabajadores, llegando al extremo de contratar y despedir libremente, estrategia que revela una violencia estructural simbólica (Petrella, 1997).
La manipulación de las leyes laborales ha producido inestabilidad laboral.
Por su parte la reducción de los salarios a su vez han producido una inmersión masiva del género femenino al ámbito laboral. Ambas condiciones apuntan serias contradicciones en el sistema laboral, el discurso político apela por fuentes dignas de trabajos, así como la necesidad de aumentar el número de empleos, sin embargo, la realidad muestra que no todas las fuentes de trabajo son dignas, ni tampoco se ha producido un número suficiente de empleos como para contrarrestar el problema del desempleo(2).

Además la inmersión de la mujer al ámbito laboral también ha producido otros problemas, ausencia prolongada de la mujer de sus hogares, competencia desleal en el trabajo entre géneros, que a su vez ha favorecido una manipulación de los incrementos salariales, porque existe más mano de obra de la cual el patrón puede echar mano pagando menos, así como, problemas de hostigamiento y explotación sexual(3).
En suma se observa un contexto laboral contradictorio, promesas políticas de empleo que resultan insolventes porque el Estado está rebasado frente a las condiciones de demanda de trabajo de la fuerza productiva de cara a las condiciones de ventaja de los inversionistas (Spyropoulos, 2001). Espacios de trabajo que están lejos de ser estables. Esta situación muestra una condición de violencia estructural porque se tiene una estructura social que en sí misma es represiva, explotadora, o alienadora; demasiado dura o demasiado laxa para el bienestar de la gente” (Galtung, 1998:15). Violencia a la que se suma la violencia cultural, conjunto de mitos(4), de gloria y trauma, es decir, construcciones sociales que sostienen una serie de creencias.
2. Legislación
En términos legislativos se observan avances a nivel mundial, sin embargo éstos son insuficientes, a la luz de las estadística arriba expuestas, que apuntan hacia condiciones desfavorables de trabajo: salarios bajos que no se corresponden a las necesidades básicas de una familia; pobres o nulas prestaciones; en algunos casos sin asistencia social que permita al empleado el acceso a la atención médica; jornadas exhaustivas de trabajo; condiciones de trabajo inadecuadas, entre otras.
Y que decir de los prejuicios, de las creencias que se comparten al interior de una organización con respecto a las características personales como(5): el color de la piel, la pertenencia a un grupo étnico, el apego a los cánones de belleza, la religión, la clase social, la composición familiar, la escolaridad, el sexo, la edad, entre otros.
Lo anterior parece indicar que los empleos con menor reconocimiento social, con menor capital simbólico dentro del espacio social global(6) están directamente asociados con la violencia estructural y cultural. Entre los empleos que se pudieran nombrar se encuentran los técnicos, cuadros medios administrativos, empleados de comercio, empleados de oficina, obreros, asalariados agrícolas, artesanos, mientras que aquellos que trabajan como empresarios, políticos y maestros de educación superior serían los empleos con mayor reconocimiento social y por lo tanto con mayor capital social (Bourdieu, 2002a:31).
En términos jurídicos, la violencia organizacional ilustra un fenómeno que trasgrede los derechos proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas(7). México está adherido a esta declaración y a los acuerdos derivados de ella, mostrándose más como receptor de estas leyes que como promotor de ellas, viéndose condicionado a firmarlos porque su constitución política contempla la obligación de cumplir con esos compromisos (López Suárez Norma, 1999)(8).
La constitución española en el artículo 15 establece el derecho a la integridad moral, como garantía de indemnidad, el derecho del individuo a no ser puesto en situación de riesgo o peligro por nadie, ni particular ni autoridad, ni individuo ni grupo, el derecho a su equilibrio y autoidentificación biopsicosocial.
España también sustenta la Ley de prevención de riesgos laborales y la tipificación del delito de trato degradante en el Código Penal, desde 1995 (Blanco, 2003).
La legislación escandinava reconoce el derecho de sus trabajadores a mantenerse física y mentalmente sanos en su trabajo (Suecia, Finlandia y Noruega). El comité sueco de seguridad y salud Laboral tiene tres normas en orden a plasmar tal principio, una de las cuales está especialmente diseñada contra el mobbing. Una de estas normas obliga al empleador al control interno de las condiciones de trabajo de un modo regular, con el fin de tomar medidas es estadios tempranos. Otra norma obliga a intervenciones directas cuando el mobbing ocurre. La tercera norma define la responsabilidad del empleador en la rehabilitación profesional siempre que un empleado haya presentado ausencia con cierta recurrencia durante un año o durante un mes seguido (Leymann, 1996). Estas normas son de 1992, 1993 y 1994 respectivamente.
El proyecto de senado 2901 de Puerto Rico establece que el acoso psicológico y moral contamina el entorno laboral y puede tener consecuencias devastadoras en la salud, la confianza, la moral y el rendimiento de las personas que lo padecen. Se utilizó la Ley 17 de Hostigamiento Sexual como modelo para la legislación que sancionará el acoso psicológico con indemnizaciones.
En México existen leyes respecto al hostigamiento sexual en materia laboral. El artículo 259-Bis del código penal dice: Al que con fines lascivos asedie reiteradamente a persona de cualquier sexo, valiéndose de su posición jerárquica derivada de sus relaciones laborales, docentes, domésticas o cualquiera otra que implique subordinación, se le impondrá sanción hasta de cuarenta días de multa. Si el hostigador fuese servidor público y utilizase los medios o circunstancias que el cargo le proporcione, se le destituirá de su cargo. Solamente será punible el
hostigamiento sexual cuando se cause un perjuicio o daño.
Sólo se procederá contra el hostigador a petición de la parte ofendida.
Artículo 51 de la Ley federal del Trabajo
Establece causales de rescisión de la relación de trabajo, sin responsabilidad para el trabajador. A saber:
II. Incurrir el patrón, sus familiares o su personal directivo o administrativo, dentro del servicio, en faltas de probidad u honradez […], en contra del trabajador, cónyuge, padre, hijos o hermanos; III. Incurrir el patrón, sus familiares o trabajadores fuera del servicio, en los actos a que se refiere la fracción anterior, si son de tal manera graves que hagan imposible el cumplimiento de la relación de trabajo; IX. Las análogas a las establecidas en las fracciones anteriores, de igual manera graves y de consecuencias semejantes, en lo que al trabajo se refiere.
El artículo 132 de la Ley Federal del Trabajo, previene lo que es obligación del patrón: “VI. Guardar a los trabajadores la debida consideración, absteniéndose de todo maltrato de palabra o de obra” (Cooper, 2001:15-16).
En síntesis se advierten mecanismos legislativos que representan una mayor protección y respeto a la dignidad humana de la víctima en el ámbito organizacional, en realidad son propuestas que muestran su preocupación por salvaguardar al empleado, sin embargo para poder ajustarse a la realidad es necesario realizar esfuerzos encaminados a movilizar las condiciones estructurales de trabajo y las construcciones culturales sedimentadas en el conocimiento social de los individuos, para lo cual no solo el mismo estado pudiese ser el gestor, también desde el interior de las mismas organizaciones se pueden crear mecanismos de formación e información para los recursos humanos que abarque desde el proceso de selección hasta el proceso de salida, cubriendo el periodo de permanencia del colaborador, de tal manera que sea en el ambiente de trabajo de manera directa y cotidiana desde donde se puedan movilizar en apego a derecho creencias y prácticas violentas de trabajo.
3. Nominación de la violencia organizacional
La nominación del problema de la violencia organizacional ha traído como consecuencia una serie de dificultades para poder contrarrestarla a través de estrategias similares en los países donde se han reportado casos al respecto.
Así, se tiene que términos como mobbing (Blanco, 2003, s/p; Leymann, 1996, s/p; OIT, 1008, s/p), sicoterror (Leymann, 1996, s/p) o terrorismo laboral (Guevara, 2005, s/p), acoso moral (Guevara, 20005, s/p; Scialpi, 2001, s/p), violencia psicológica (Guevara, 2005, s/p; OIT, 1998, s/p), acoso en el trabajo (Hirigoyen, 1999), representan el conjunto de conceptos utilizados para aludir a la violencia organizacional.
Como se puede observar, se utilizan términos que provienen de una lengua distinta, como es el caso de mobbing, corriendo el riesgo de interpretarlo de una manera equívoca.
En primer lugar encontramos que la palabra mobbing proviene de la palabra inglesa mob. Dicho término tiene distintos significados como verbo o como adjetivo. A continuación se presenta un análisis detallado de sus distintos sentidos y traducciones.
De sus significados en inglés, tenemos en primer lugar que en Australia se utiliza la palabra mob para referirse a un grupo numeroso de animales que de manera coordinada atacan a otro; este significado podemos vincularlo con la primera vez que se utilizó el término mobbing en una disciplina científica. De acuerdo con la investigación histórica presentada por Leymann (1996) el término mobbing está tomado de la etología, pues en esta disciplina se uso por primera vez para referirse al ataque de un grupo de animales pequeños gregarios acosando a un animal solitario mayor.
Otos significados en inglés hacen referencia a un grupo de personas o a una multitud que es peligrosa o difícil de controlar. También se ha utilizado la palabra mob en forma despectiva, es un termino antiguo insultante que se utilizaba para referirse a personas de clases sociales bajas. Su traducción al español sería por ejemplo, plebe, vulgo, populacho (MacMillan, 2002; Simon and Schuster, 1994). Otra significación que se encontró es para hablar de un grupo organizado de criminales, especialmente en el inglés se utiliza para hablar de la Mafia. Como última definición encontrada de la palabra mob y que nos acerca más a su uso dentro de la violencia organizacional, es la que se refiere a un grupo numeroso de personas que asedian a algo o alguien; lo rodean de manera exaltada o molesta.
Como traducción del término al idioma español se entiende como ser asediado, atacar o atropellar. Se trata de una palabra que proviene de una raíz anglosajona que es definida de distinta manera, por ejemplo: “proceso de atormentar, hostigar o aterrorizar psicológicamente a otros en el trabajo” (Leymann, 1996, s/p) “Tipo de violencia grupal psicosocial… Es una violencia grupal que se pone en marcha por personas que tienen una firme voluntad de destruir, contra personas que…acaban más o menos destruidas” (Blanco, 2003, s/p) “agrupa una diversidad de comportamientos que tienen entre ellos un fondo común: la modalidad agresiva y vejatoria tendiente a la eliminación de un trabajador de la empresa.
De acuerdo con Scialpi (2001, s/p) es una suerte de “terror psicológico ejercido en el lugar de trabajo”. En este planteamiento se puede advertir que se dejan de lado las otras formas de violencia organizacional: la violencia física, la violencia económica y la violencia sexual, en aras de privilegiar a la violencia sicológica como la expresión hegemónica de la violencia organizacional, situación que resulta insostenible a la luz de los hallazgos que se reportan en estudios realizados sobre violencia microsocial (Bonino, 1995; Corsi, 1995; Azaola, 1996; Barbieri, 2005; entre otros).
El término acoso moral propuesto por Hirigoyen (1999) comprende la violencia sicológica, igualmente que en el caso de Guevara (2005, s/p), el riesgo de tomar como base esta definición es el mismo que el señalado en la propuesta de Leymann, las otras formas de violencia organizacional quedan o bien descartadas o en su defecto subordinadas, en el mejor de los casos, a la violencia sicológica, lo cual no necesariamente es así.
Mientras que, el término de acoso en el trabajo utilizado por Guevara (2005) y también por Hirigoyen (1999), supone una definición más amplia, en tanto que deja de especificar los tipos de violencia, aludiendo al uso excesivo del poder, en otras palabras, al abuso de poder. Esta propuesta en comparación con los otros términos posibilita un manejo analítico de la violencia más amplio, porque potencialmente puede remitir al ejercicio del poder en términos estructurales y culturales asociados al individuo, tal y como lo señala Galtung (1998) con su modelo triangular de la violencia.
Lo expuesto hasta aquí sobre el uso de diferentes conceptos sobre violencia organizacional, revela por un lado que, no se respeta la significación original y por otro lado, se hacen propuestas conceptuales contrastantes entre los autores que lo utilizan. Esto último quizá pueda explicarse a partir de este afán protagónico que se juega en el ámbito académico, de buscar nombrar de manera diferente un fenómeno de interés actual, se importan términos de otros idiomas para presentarlos como neologismos.
Además habrá que considerar que otro de los elementos que contribuyen a una falta de consenso sobre el estudio de la violencia en el trabajo, es el uso de marcos teóricos diferentes, es de esperarse a partir de este hecho que los aspectos destacados en el análisis del fenómeno difieren de acuerdo a la postura teórica asumida, a lo que habrá también que agregar el riesgo de posibles
distorsiones conceptuales por un pobre manejo del modelo o bien por una mala interpretación del mismo.
Finalmente, se advierte en términos generales que los autores como Guevara (2005), Hirigoyen (1999) hacen un uso parcial del concepto de poder, que conlleva a un empobrecimiento en la solidez conceptual de su propuesta, puesto que el poder no sólo se remite a lo que Comte-Sponville (2003) llama poder sobre, que se distingue por cualidad de mandar y hacerse obedecer. Esta acepción no se refiere sólo a la acción posible de mandar y hacerse obedecer sino
que implica que existe la posibilidad de actuar sobre la voluntad del otro y no únicamente cuando se este presente sino que implica que es un poder que se reconoce por quien lo tiene y quienes están subordinados a él, en cualquier tiempo y lugar, con presencia o no del sujeto poderoso. También existe esa otra acepción, poder para, que consiste en la potencialidad inherente a quien se encuentra en posición de poder para lograr un objetivo en beneficio de un colectivo, utilizar los
medios disponibles para lograr un bien, estas precisiones permiten concebir el concepto de poder desde una posición en la que se señala el lado destructivo como el lado constructivo que tiene.
Con base en estas dificultades se propone que la violencia organizacional sea entendida como el acto dañino intencional (voluntario) emitido por un miembro de la organización, acto que va dirigido en contra de otra(s) persona(s) que tiende hacia la eliminación del(os) trabajador(es) de la organización, estos actos pueden ser físicos, económicos, sicológicos o sexuales, generalmente se presentan de manera combinada y tienen repercusiones en la salud del receptor.
CONCLUSIONES
1. Con base al modelo teórico de la violencia de Galtung (1998) se pudo mostrar que la violencia organizacional es alentada por la violencia estructural y la violencia cultural. La violencia estructural promueve la explotación de la mano de obra, mantiene en términos generales alienados a los trabajadores cuyos empleos poseen pobre capital social. La violencia cultural por su parte, promueve a través de los estereotipos étnicos, sexuales, de edad, y de cualquier otro tipo la estigmatización de los compañeros de trabajo que poseen alguno o varios de estos atributos. De tal manera que ante un contexto de esta naturaleza no es difícil sospechar
que la violencia organizacional sea una cuestión inmanente a las instituciones.
2. Hace falta concertar esfuerzos coordinados entre Estado, Empresa y Sindicatos para establecer de manera progresiva y sistemática una cultura de la no violencia organizacional, que vaya combatiendo a través de estrategias claras y en apego a derecho las creencias y las prácticas desleales que demeritan la dignidad de alguno o varios de los colaboradores de la organización. Alentando la práctica de la denuncia y su consecuente sanción.
3. Es necesario continuar trabajando en los registros de incidencia, de tal manera que éstos puedan ser más finos y sutiles, al mismo tiempo que puedan aplicarse a diferentes muestras laborales, para obtener datos más amplios y completos.
4. Es necesario una participación activa de los directivos de las áreas de Recursos Humanos al respecto de la violencia organizacional, para que empujen políticas de no discriminación y de no violencia, que vayan haciendo de los espacios de trabajo, lugares sociales de crecimiento humano y no solo de sobrevivencia económica, de la que solo están exentos los altos ejecutivos y altos funcionarios. Una cultura de la no violencia demanda por principio de cuentas coherencia con el marco jurídico establecido, así como una política institucional de oportunidad y desarrollo para todos los colaboradores sin excepción alguna por sus características.
(1) Teniendo como antecedente el GATT (Acuerdo general de aranceles y comercios, 1986) y después la firma del TLC (Tratado de Libre Comercio, 1994), sus repercusiones siguen hasta este momento inicios del S. XXI cobrando estragos, la industria, a la agricultura y al comercio nacionales han sido seriamente afectados, sacando algunos del mercado por la vía de los precios y los métodos de distribución internacionales aplicados dentro del país, lo que en aquel momento (1995) produjo dos millones de desempleados y el cierre de 17 mil empresas. Fecha en la que se inició la peor crisis económica mexicana registrada desde 1930.
(2) El desempleo a su vez está vinculado con el subempleo, las dobles jornadas, la inmersión temprana de jóvenes menores de edad al trabajo (en el mejor de los casos, sino es que a las calles, abandonando sus estudios), entre otros elementos más.
(3) De acuerdo con la Red contra la violencia hacia las mujeres a través de Villaescusa (1991:225-226), “...la causa principal del hostigamiento sexual es la ideología patriarcal, en la que la mujer es considerada como un objeto sexual. La ideología patriarcal, a través de la familia, religión, educación, y de los medios masivos de comunicación, refuerza cotidianamente esta idea de la mujer objeto, siendo interiorizada en ambos géneros. Las mujeres necesitamos usar, ponernos, hacer, consumir, un sinfín de cosas con el fin último de que algún hombre se decida a poseernos; lo vemos como el logro prioritario, de ahí que muchas mujeres reivindiquen los piropos como una valoración hacia su físico, no importa lo obsceno que sea, lo que cuenta es que un hombre o varios se hayan fijado en ella. El mensaje implícito es que si las mujeres hacen tantas cosas para agradar a los hombres, ellas desean uno, la mujer se sentirá satisfecha por la atención que cualquier hombre le preste. Dentro de este mecanismo estaría el hecho de que los hombres viven con el derecho de mirar, decir, tocar o poseer a cualquier mujer que deseen. La única limitación relativa es que esa mujer esté acompañada por otro hombre, aunque en ocasiones esto confiere un atractivo adicional ya que se trata de demostrar quién tiene más poder. El dominio sexual del varón sobre la mujer es la ideología más profundamente arraigada de nuestra cultura por cristalizar en ella el concepto más elemental del poder.Es dentro de este contexto donde ubicamos el hostigamiento sexual de que somos víctimas las mujeres en cualquier espacio en que nos encontremos: la casa, calle, centro de trabajo, sindicato, partido político, etcétera.Por lo anterior definiremos como hostigamiento, acoso, asedio o chantaje sexual, todas aquellas acciones incluyendo actitudes diferentes, sutiles o violentas, que teniendo un objetivo erótico sexual, presionan, obligan o conducen, a la persona ofendida a situaciones embarazosas, incómodas, violentas, angustiantes o desesperantes, coartando su libertad de acción de pensamiento o de realización, en todos los ámbitos de su vida, permitiendo o fomentando la estructura social patriarcal.El hostigamiento sexual en la calle, va desde el mencionado piropo que es en la gran mayoría de los casos comentarios morbosos u obscenos acerca de nuestro cuerpo, o alusiones al acto sexual, hasta las persecuciones y los intentos por tocarnos el cuerpo con la mano, pene o muslo. Todas hemos experimentado en el camión, metro, cine, incluso haciendo cola en las tortillas este tipo de agresiones hacia nuestro cuerpo. Las amas de casa son víctimas de hostigamiento sexual por los compadres, amigos del marido, parientes y vendedores ambulantes en su propio hogar.El hostigamiento sexual para las mujeres que salen al mercado de trabajo es más brutal, en la mayoría de los casos el patrón, jefe o líder sindical le insinuará que puede tener el empleo siempre y cuando se porte bien con él, lo que significa en la práctica que se acueste con él.Identificar situaciones de hostigamiento y chantaje sexual en el centro de trabajo no es siempre sencillo, menos fácil acumular pruebas de que ello se dio y aún más costos y raro llegar a denunciarlas, ya que el hostigamiento y chantaje sexual en el trabajo tiene consecuencias negativas, no sólo para la víctima, sino también en el ambiente laboral repercutiendo finamente en la eficiencia y productividad. En los centros de trabajo se vive más nítidamente la relación desigual de poder entre hostigador y hostigada; la necesidad de trabajo, de obtener permisos para asuntos personales, pero también la necesidad de afecto y de compañía, son necesidades objetivas de las asalariadas que las transforman en vulnerables, capaces de aceptar situaciones de hostigamiento o acoso con las que en otras circunstancias no hubieran transigido.Para las asalariadas el hostigamiento por parte del jefe o patrón, líder sindicar, supervisor, son: todos aquellos avances sexuales, contactos físicos y conversaciones insinuantes o de carácter sexual.”
(4) Un mito es una explicación en forma de relato de lo sagrado que encarna experiencias colectivas y representa laconciencia colectiva. Según Malinowski, los mitos proporcionaban la legitimación de las disposiciones sociales(Abercrombie, Hill y Turner, 1992:155).
(5) En el marco del presente trabajo la organización será entendida como el espacio objetivo creado por el hombre paraestablecer relaciones sociales con un objetivo compartido que sigue una racionalidad específica en el sentido weberiano(Weber, 2002:20). En el caso de las organizaciones económicas, como tal es el caso de las empresas o bien de algunasorganizaciones públicas o civiles, la racionalidad de las acciones de sus miembros sigue una racionalidad económica.
(6) Para Bourdieu todas las sociedades se presentan como espacios sociales, es decir estructuras de diferencias que sólocabe comprender verdaderamente si se elabora el principio generador que fundamenta estas diferencias en la objetividad.Principio que no es más que la estructura de la distribución de las formas de poder o de las especies de capital eficientes enel universo social considerado y que varían según los lugares y los momentos. Esta estructura no es inmutable, y latopología que describe un estado de las posiciones sociales permite fundamentar un análisis dinámico de la conservación yde la transformación de la estructura de distribución de las propiedades actuante y, con ello, del espacio social. Bourdieupretende transmitir el espacio social global como un campo, es decir a la vez como un campo de fuerzas, cuya necesidadse impone a los agentes que se han adentrado en él, y como un campo de luchas dentro del cual los agentes se enfrentan,con medios y fines diferenciados según su posición en la estructura del campo de fuerzas, contribuyendo de este modo aconservar o a transformar su estructura (Bourdieu, 2002b:48-49).
(7) Esta declaración señala en términos generales que todos los hombres nacen libre e iguales en dignidad de derechos:derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona, derecho a no ser torturado, ni degradado, derecho a presumirla inocencia de toda persona acusada de algún delito, derecho a no ser privado de su propiedad (López Suárez Norma,1999).
(8) El artículo 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (1997:167) dice: “Esta Constitución, las leyesdel Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que secelebren por el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los juecesde cada Estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en contrario que puedahaber en las Constituciones o leyes de los Estados”.
BIBLIOGRAFÍA
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OIT 1998
ADICCIONES, AVATARES DE UNA VIDA SIN SENTIDO,
DESDE LA PERSPECTIVA DE LA LOGOTERAPIA

MTRA. AIDA MERCADO MAYA
DRA. LEONOR GUADALUPE DELGADILLO GUZMÁN

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA CONDUCTA
Resumen
Posiblemente el adicto en su niñez fue un ser humano no comprendido, quizás por su forma de ser tan sensible, esto le hizo sentir un vacío emocional que por alguna causa no hubo quien le explicará como llenarlo: se sintió diferente a los demás. No eligió ser adicto, necesitaba sentirse bien y al consumir drogas o alcohol esto le hacia sentir como que todo mejoraba, dejaba de estar irritado y descontento. Con el tiempo, consumiendo o no, se sentían mal. Las drogas siempre van a causar estragos en las personas que las consumen, sólo es cuestión de tiempo.

El hombre, en efecto, no se convierte en un drogadicto de la noche a la mañana. La ruptura con la realidad en la que cae no es un fenómeno puntual en tiempo y espacio. Por el contrario se presenta como un proceso existencial configurado por la patobiografía, historia de los caminos transitados por cada uno de los ejes de la dimensión estructurante yo – mundo. Es aquí donde cuenta la formación de cada hombre en tanto ser – en – el – mundo, solo que en el caso del drogadicto aparece tan sólo como una figura presente a modo de ausencia (Acevedo, 1998).

Con base en lo anterior y a partir de la revisión y el análisis teórico-conceptual de los aspectos personales relacionados con las adiciones, bajo la visión de la logoterapia del Dr. Frankl, se desarrolla este trabajo, cuya finalidad es documentar este modo de enfermar que no deja de lado lo humano.

Palabras clave: adicción, drogadicción, droga, óntico, existencia.

Abstract Possibly the addict as a child was a human being not understood, perhaps because his way of being so sensitive, this made him feel a void emotional for some reason there was not explain how to fill him: he felt different from the others. He did not choose to be addict, I needed to feel good and consume drugs or alcohol to feel like this will all improve, ceased to be irritable and discontent. Over time consuming or not, became ill. Drugs are always going to wreak havoc on the people who consume, it's just a matter of time. The man, in fact, does not become a drug addict for overnight. The break with the reality that falls is not a phenomenon spot in time and space. On the contrary is presented as a process shaped by the existential patobiografía, history of the roads travelled by each of the axes of the scale structuring myself - world. This is where the mind of every man formation while being - in - the - world, only in the case of drug appears only as a figure like this absence (Acevedo, 1998).

Based on the foregoing and from the review and analysis of the theoretical and conceptual aspects related or personal additions, under the vision of the speech of Dr. Frankl, develops this trial, which aims to document this way of becoming ill that does not neglect the human.
. Keywords: addiction, drug addiction, drug óntico, existence.
Autoeficacia en deportistas de Alto Rendimiento de Nivel Licenciatura
Área: Psicología del Deporte


Mtro. José Luis Gama Vilchis
ari7203_2@yahoo.com.mx

Diana Karime Arias Arias
Martin Nestor Molina Valdez
Wendolyne Salazar Maximino
Karla Cecilia Vidal López

RESUMEN

Este trabajo es producto de una investigación propuesta en la unidad de aprendizaje Taller de Elaboración de Instrumentos. Inicia con un análisis sobre la autoeficiencia aplicada a la Psicología del Deporte. En este sentido se parte del supuesto de que la autoeficacia considera que el comportamiento en la práctica de un deporte se produce por una reciprocidad causal entre las creencias del individuo, sobre sus capacidades para llevar a cabo una conducta (autoeficacia) y los resultados que espera obtener dicha conducta (expectativa de resultados).
Al respecto, Weinberg “experto en psicología deportiva, define la autoeficacia como la fuerza de convicción de uno mismo de poder ejecutar con éxito una tarea, para producir un cierto resultado” (Lorenzo, 1992, p. 176). Donde la autoeficacia se consideraba como un mecanismo cognitivo mediador de la motivación patrones de pensamiento y la conducta de un sujeto.
Ahora se agrega que este mecanismo cognitivo constituido por creencias definidas como juicios que tienen los individuos sobre sus capacidades para ejecutar una conducta a niveles determinados, son producto de un proceso de autopersuación que dependen de diversas fuentes de información, como son:
a) Logros de ejecución: son los éxitos o fracasos que el individuo ha tenido en experiencias de dominio personal.
b) Experiencia vicaria: Influencia de las conductas. Logros de otras personas en nuestras experiencias (comprobación social), las expectativas de autoeficacia inducidas por modelado simple son mas débiles y vulnerables que las determinadas por logros personales. Los efectos del modelado son más fuertes cuando mas se parezca el modelo a nosotros.
c) Persuasión verbal: Razonamiento y sugestión; para que la persona cambie sus creencias en sentido positivo, se establece solo en dirección a las expectativas de resultados.
d) Activación emociona o Arousual emocional: La intensidad o el tipo de experiencia emocional informan al sujeto de su competencia en la tarea.
De acuerdo a la teoría de Bandura. La autoeficacia afecta a la elección de actividades que hace un deportista, a su nivel de esfuerzo y a su perseverancia… aunque la autoeficacia es expectativa de la tarea, su aplicación puede extenderse a destrezas y situaciones similares, además esta relacionada con el establecimiento de objetivos.
Metodología
Se elaboro un cuestionario para su normalización validez y confiabilidad, con los seleccionados de Futbol Soccer, Futbol americano, Tochio bandera, Volei boll, Béisbol.
MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE PAREJA EN DOS MUNICIPIOS DEL ESTADO DE MÉXICO
(METEPEC Y TEMASCALTEPEC)


VICTORIA COLIN JAIMES, MARÍA DEL CARMEN GUTIÉRREZ AGUILERA,
LEONOR GUADALUPE DELGADILLO GUZMÁN, AIDA MERCADO MAYA

RESUMEN
Este trabajo presenta los resultados obtenidos de la aplicación de la Prueba de Violencia de Pareja en Mujeres Heterosexuales (Delgadillo, 2005), en los municipios de Metepec y Temascaltepec del Estado de México. Participaron mujeres con rango de edad de 18-54 años que vivieran con pareja heterosexual, 32 por municipio. La t de student indicó que en Metepec las mujeres se perciben con mayor frecuencia como víctimas de violencia de pareja. En cuanto a la kruscall wallis aplicada a variables sociodemográficas, se encontró que las mujeres que se dedican al comercio, casadas por lo civil o con pareja desempleada, se perciben más receptoras de violencia. Los resultados sugieren profundizar en el estudio de la violencia de pareja como problemática social.
Palabras clave: Violencia de pareja, mujeres.
SUMMARY
This work presents the obtained results of the application of the Test of Violence of Couple in Heterosexual Women (Delgadillo, 2005), in the municipalities of Metepec and Temascaltepec of the State of Mexico. Women participated with range of 18-54 year-old age that you/they lived with heterosexual couple, 32 for municipality. The student t indicated that in Metepec the women are perceived with bigger frequency like victims of couple violence. As for applied the kruscall wallis to variable sociodemográficas, it was found that the women that are devoted to the trade, married by the civil thing or with unemployed couple, more receptors of violence is perceived. The results suggest to deepen in the study of couple's violence as problematic social.
Key words: Violence of couple, women.
DILEMAS Y DESAFÍOS DE LA INVESTIGACIÓN EN LAS ORGANIZACIONES DESDE LA MIRADA DE UN CUERPO ACADÉMICO EN LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

LEONOR GPE. DELGADILLO GUZMÁN
AIDA MERCADO MAYA
TERESA PONCE DÁVALOS
SERGIO LUIS GARCÍA ITURRIAGA
FRANCISCO JOSÉ ARGÜELLO ZEPEDA

RESUMEN GENERAL
El presente trabajo, tiene por objetivo mostrar la experiencia de investigación y trabajo colegiado de los miembros del Cuerpo Académico de Psicología Organizacional de la Universidad Autónoma del Estado de México, se exponen las líneas de investigación que han sido desarrolladas durante el tiempo que lleva conformado este grupo de trabajo, cinco años. Tres han sido las líneas de acción desarrolladas: investigación, formación y vinculación con el sector productivo. Los temas de estudio que han ocupado el desarrollo de diferentes investigaciones desarrolladas por sus miembros son: transregionalización de la educación, justicia organizacional, evaluación de la educación, ecopedagogía, organizaciones responsables, vejez, inserción al ámbito productivo de sectores excluidos y violencia organizacional.

RESUMENES ESPECÍFICOS
PEDAGOGÍA TRANS-REGIONAL, JUSTICIA ORGANIZACIONAL, Y EVALUACIÓN DE LA EDUCACIÓN
SERGIO LUIS GARCÍA ITURRIAGA
TERESA PONCE DÁVALOS
Los conceptos de globalización e internacionalización son actualmente de gran importancia para la educación superior. Si bien ambos aluden al crecimiento de las actividades internacionales de las instituciones de educación superior, entre ellos subsisten importantes diferencias. La globalización inhibe y transforma las viejas clases de educación y, también crea otras nuevas. Lo cierto es que son dentro de las instituciones y dentro de este mundo abierto que surgen las reflexiones para pensar en la posibilidad de la educación necesaria para otro mundo posible. La discusión esta apenas comenzando. En ese proceso, no se puede prescindir de la contribución de todas las tendencias y vertientes progresistas en el campo educacional, practicando intensamente el diálogo/conflicto y el escuchar atento de todos los argumentos. En este sentido, se aprendió mucho con Paulo Freire a ese respeto. Ser pluralista no es ser ecléctico, juntar de todo un poco. Ser pluralista es defender un punto de vista y dialogar, a partir de el, con puntos de vista diferentes y opuestos. El mundo actual necesita organizarse al lado de los desempleados, de los trabajadores temporales, de los que viven en la calle, de los estudiantes, de los inmigrantes, de las mujeres, de los indígenas, de los movimientos de homosexuales, de los negros, de las minorías, asociaciones religiosas, entidades sin fines lucrativos, organizaciones no-gubernamentales, etcétera, en fin, organizarse con las nuevas multitudes, organizarse en torno de un sentido de la “historia como posibilidad”.

¿LA JUBILACIÓN TRANSICIÓN CON O SIN SENTIDO?
AIDA MERCADO MAYA
El tema del Adulto Mayor, está cobrando importancia dentro de los ámbitos de investigación, se trata de un hecho al que todos estamos llamados a participar, si no se presentan accidentes o enfermedades que pudiesen acortar la vida. A nivel mundial el crecimiento de este sector de la población está siendo cada vez mayor, de tal manera que los países pertenecientes a organizaciones de nivel mundial como la Organización de las Naciones Unidas, en la última década, han dictado una serie de políticas y acciones a tomar para mejorar las condiciones de vida de los adultos mayores. Bajo estas ideas la pretensión de la línea de investigación que se desarrolla es aportar datos que ayuden a la reflexión sobre algunos aspectos de la psicología del envejecimiento y la vejez, así como del impacto de la jubilación.

VIOLENCIA ORGANIZACIONAL
LEONOR GUADALUPE DELGADILLO GUZMÁN
La violencia organizacional representa un importante problema social, básicamente porque dos elementos muestran de manera contundente la razón de su condición como problema, en primer lugar porque altera la condición de salud del receptor del acto violento, con lo que se ve comprometido su estado general de bienestar y desarrollo sicosocial, en segundo lugar porque se trasgrede el derecho jurídico de contar con una condición digno de ser humano. Se propone que este fenómeno sea estudiado desde modelos teóricos que permitan una articulación entre lo estructural y lo individual, lo cual permitiría una visión amplia y profunda de sus características, de tal forma que este tipo de análisis redunde en una discusión que renueve y vigorice los conocimientos que sobre ella se tienen, sobretodo a un nivel cotidiano en diferentes planos de interacción social, doméstico, escolar y laboral.

ORGANIZACIONES SOCIALMENTE RESPONSABLES
FRANCISCO ARGÜELLO
El problema del deterioro ambiental demanda estrategias concretas y propuestas de intervención innovadoras sostenidas en una discusión académica interdisciplinaria y altamente empírica, esta línea de investigación del Cuerpo Académico de Psicología Organizacional, busca abordar los procesos por los que transitan las organizaciones para constituirse como instituciones socialmente responsables, condición que implica un compromiso permanente de inversión, capacitación, y cultura de protección y cuidado ambiental. El manejo de los residuos industriales representa una importante fuente de contaminación ambiental, entre cuyos resultados se encuentra la creación de nuevos hábitats, habitats artificiales, que destruyen aquellos que se han formado de manera natural. Así como los residuos industriales, el uso y recuperación del agua representa otra veta de análisis que habría que conectar con las Organizaciones Socialmente Responsables, la pregunta base de esta línea es ¿Cuáles son los mecanismos que operan para que una organización se transforme en una organización socialmente responsable?
“VÍCTIMAS DE SANGRE: MENORES MUERTOS POR SUS PADRES”

ARHA PATRICIA HERMAN FALCÓN PIZA
LEONOR G. DELGADILLO GUZMÁN
FELIPE ANTONIO ROBLEDO RAMÍREZ

UNIVERSIDAD AUTONOMA DEL ESTADO DE MÉXICO
FACULTAD CIENCIAS DE LA CONDUCTA

RESUMEN
El presente trabajo, es un reporte de investigación sobre los filicidios, homicidios en contra de menores de edad cometidos por sus padres, homicidios registrados durante 15 meses, todo 2006 y los primeros meses de 2007. Se trata de un estudio descriptivo, que tuvo por objetivo identificar variables sociodemográficas de las víctimas, tales como, edad, sexo, escolaridad, causa de la muerte (modus operandi). En total se trabajaron 10 casos que aglutinaron 13 víctimas, de las que se vieron involucrados 14 victimarios. Se encontró que de todos los casos, el 60% de los victimarios fueron los padres y el 40% actuaron de manera combinada, es decir ambos padres fueron los homicidas. Las edades de los victimarios fluctuaban de los 19 a los 34 años. De las víctimas, el 79% fueron niñas, y 21% varones. Sus edades fluctuaron de los 3 meses a los 14 años. Apoyados en el contenido de las averiguaciones previas se pudo concluir que el móvil obedeció a venganza del marido en contra de la esposa, a causa de infidelidad sospechada, nunca probada, se trataba de núcleos familiares con antecedentes previos de violencia física, psicológica, económica y sexual.
INTRODUCCIÓN
El filicidio proveniente del latín filius, hijo y caedére, matar, designa la muerte del propio hijo por mano del padre o de la madre (Fiascaro, 2006). Es uno de los homicidios que representa una forma de violencia extrema contra los hijos, donde se reflejan paradigmas culturales, problemáticas sociales, personales y familiares intrínsecas (Rascovsky, 1992 citado por De la Espriella, 2006).
En la literatura, el filicidio aparece como un sacrificio filial en los mitos básicos originarios de toda cultura, mencionando algunos de los mas conocidos, el mito de Edipo, símbolo eterno del hijo, que merece una consideración especial siendo la concepción mitológica más extensa y profunda de la cultura occidental y el fundamento de las teorías sobre el inconsciente. En la mitología egipcia y en la Biblia, las figuras patriarcales del Faraón, el Rey Herodes y el Señor exigen el sacrificio filial. El Antiguo Testamento establece la consagración y el sacrificio de alguno de los hijos al Dios de Abraham, o su mutilación parcial, como una forma atenuada de la ofrenda (Raymos, 2006).
El Centro Nacional de Referencia de la Violencia (CNRV) informa que de las 33.206 muertes violentas ocurridas en Colombia en el 2003, el 66.8% fueron homicidios; de estos 59.5% tuvieron móviles de orden político, económico o social. La tasa de homicidios por 100.000 habitantes en menores de 5 años fue de 2 para niños y 1 para niñas; y en menores entre los 5 y 14 años fue de 3 para niños y 2 para niñas. Desde hace 5 años se observa una disminución paulatina (Forensis, 2003 estadísticas citadas por Castaño, 2005).
En España, la comunidad de Baleares registra una importante cantidad de casos de menores que han perdido la vida a manos de sus padres, registrando el 11% de las 42 víctimas de filicidio que ha habido en ese país en los últimos veinte años, según revela una investigación de la forense y psicóloga clínica catalana Rosa Sáez, a partir de 31 sentencias condenatorias contra progenitores emitidas entre 1987 y 2004. La comunidad Balear sólo es superada por Cataluña, con el 19% de los casos, y Madrid 14%. Sáez detalla que, atribuye esta especial incidencia al hecho de que sean zonas con una elevada densidad de población. Además, considera que en estas áreas hay evidencias de más casos porque es "más difícil ocultarlos, al haber un mayor contacto entre las personas. Ante la pregunta de ¿qué impulsa a un padre a maltratar de esta manera a un hijo? Sáez expone como principales motivos la "venganza del cónyuge", causa registrada en el 19 por ciento de los casos, la "explosión de violencia" (14,3%), "imprudencia-abandono" (11,9%) y, finalmente, "psicosis aguda" (9,5%), (http://actualidad.terra.es.html).
En México durante los últimos treinta años han muerto asesinados dos menores de 14 años cada día. Entre 1998 y 2002 el informe de la Organización de las Naciones Unidas 2007 muestra que la principal causa de muerte por homicidio en los menores de un año fue el ahorcamiento, el estrangulamiento y la sofocación, mientras que en los niños entre 1 y 4 años fue el ahogamiento y la sumersión (ONU, 2007).
En el marco de este contexto, destaca que el Estado de México ocupa el primer lugar desde 1979 en homicidios de niñas y niños, seguido por el Distrito Federal, Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Baja California Sur, Yucatán, Campeche, Aguascalientes y Colima. A escala mundial, México ocupa el segundo lugar en cuanto a tasa de muertes por homicidio en menores de 15 años de edad y el sexto por su tasa de muertes por suicidio (Cimac Noticias, 2007). En este mismo sentido, el Estado de México, en términos jurídicos, no estipula dentro del código penal la muerte de un hijo como filicidio, este sólo se menciona con el término de homicidio en agravio y se castiga con 40 a 70 años de prisión y de setecientos a cinco mil días multa. Y a la madre que diere muerte a su hijo en un lapso de 72 horas de nacido 3 a 5 años de prisión. Y de cinco a ciento veinticinco días multa (Código Penal del Estado de México, 1999).
Azaola realiza un estudio sobre género y violencia en el Distrito Federal, con un total de 50 casos, de los que 38 fueron mujeres que dieron muerte a familiares, este número de casos representan el 76% del total de la muestra estudiada. 26 casos de los homicidios a niños, representaron el 52%. En el 65% de estos casos las mujeres dieron muerte a sus propios hijos y en el 35% restante a hijos de su pareja, o bien a niños que habían adoptado, les habían “regalado” o se hallaban bajo su cuidado por ser hijos de algún familiar (sobrinos, nietos, hermanos). 11 casos de homicidio a esposos o parejas de las mujeres sentenciadas, representaron 22% del total, y 1 caso de homicidio a la madre de una mujer interna, que representa 2% del total. En cuatro casos las mujeres dieron muerte a todos sus hijos, el número total de víctimas de ese grupo fue de 32 niños de los que 44% eran varones y 56% mujeres. En cuanto a la edad, 75% tenía entre 0 y 5 años; 12.5% entre 6 y 10, y otro 12.5% entre 11 y 16 años.
Para Azaola llama la atención no solo la significativa presencia de los niños dentro de los homicidios, sino también el escaso peso de otros familiares que contrasta nuevamente con lo que ocurre entre los hombres. En efecto, en la muestra que se analiza, se encuentra que el 49% de los casos en que los varones dan muerte a familiares, tienen por víctima a la esposa o la pareja; 21% a sus hijos o los de su pareja; otro 21% se dirige a sus padres o abuelos; 6% a hermanos y 3% a otros miembros de la familia (Azaola, 2001).
MÉTODO
TIPO DE ESTUDIO
Se trata de una investigación cualitativa, cuyas fuentes de estudio son documentales, se revisan los expedientes de las averiguaciones previas de cada uno de los casos, en estos expedientes se conoce a detalle lo ocurrido, así como los eventos anteriores y posteriores al filicidio, la estructura familiar, la dinámica, el modus operandi y el modus vivendi, teniendo acceso tanto a la víctima como acceso al agresor.
OBJETIVO GENERAL
Identificar las características sociodemográficas de las víctimas y victimarios en los casos de filicidio.
DEFINICIÓN DE LOS PARTICIPANTES
De manera general sobre los estudios de caso, se puede comentar que, dos casos son de filicidio múltiple (tres y dos víctimas) ambos relacionados con filicidio-suicido, en el primero de ellos se consumó el suicidio y en el segundo fue intento frustrado de suicidio, ambos filicidios realizados por el padre, estos casos fueron realizados empujados por la venganza. En cuatro casos más participaron ambos padres, cabe mencionar que en uno de ellos fue madre y padrastro. En otro caso participó solo el padre llegando a la desesperación en un intento de querer callar el llanto de su víctima. En dos casos más el homicidio fue realizado por la pareja de la madre de la víctima, en ambos casos existió abuso sexual, cabe mencionarse que en un caso la madre tuvo conocimiento del abuso mismo al que ella dio consentimiento motivada por temor a que su pareja la abandonara, igualmente la madre confeso que ella junto a su víctima golpeaban constantemente a la niña.
PROCEDIMIENTO
En apego a un convenio de apoyo interinstitucional entre la Universidad Autónoma del Estado de México y la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM), para investigar feminicidios en general y filicidios en particular, se realizó la presente investigación, llevando a cabo los siguientes pasos:
1. Se acudió con las instancias correspondientes dentro de la PGJEM, para acceder a la información que se tenía.
2. Se hizo un levantamiento de datos sobre los casos de homicidio contra menores de edad.
3. Se construyó la base de datos correspondiente.
4. Se utilizaron medidas de tendencia central para conocer las proporciones porcentuales de las víctimas y los victimarios.
RESULTADOS:
Se analizaron diez casos de homicidio en contra de los menores de edad existiendo dos casos de filicidio múltiple (dos y tres víctimas). El total de víctimas fue de trece menores de edad, de los cuales nueve casos pertenecieron al género femenino teniendo un porcentaje del 79%, cuyas edades fluctuaron de tres meses de edad a los catorce años y los 3 casos restantes fueron cometidos a menores del género masculino con un 21% cuyas edades fluctuaron de cuatro a cinco años.
En cuanto a la participación de los padres filicidas en comparación a varios estudios relacionados con este fenómeno se observa el porcentaje de la participación de la madre es mínima presentando un 40% (cuatro de diez casos analizados) donde la madre participa en conjunto con el padre, nunca participa sola. En cuanto a la participación del padre, fue mucho mayor, teniendo un porcentaje del 60% participando en seis de los diez casos. El rango de edad de los padres es de 19 años a 34 años de edad.

En cuanto al motivo por el cual fue ejecutado el homicidio cabe mencionarse que los dos casos de filicidio múltiple fueron cometidos por el padre en venganza hacia su cónyuge (esposa) cuyo motivo está fincado en el resentimiento y en la compensación de un agravio, la infidelidad. Lo anterior pudo ser probado con base en las declaraciones y las evidencias integradas en las respectivas averiguaciones previas, ambos homicidas dejaron notas en las que aludían a la posibilidad de que la mujer emprendiera “su nueva vida”, este elemento era a su vez consistente con las declaraciones obtenidas de los actores involucrados. En términos explicativos, se puede decir que, el asesinato del niño ocurre porque el padre homicida transfiere el odio que siente hacia la pareja al hijo, matándolo; en estos casos la infidelidad fue la razón de las muertes de los infantes donde el hombre se vive ofendido en su masculinidad.
El resto de los casos, fueron filicidios clasificados como accidentales, se llaman así por que la muerte del hijo no fue deseada por el padre, dicho de otra manera, no existía un objetivo de matar al hijo, sino que el homicidio es debido a múltiples maltratos y abuso infantil (Resnick,1969 citado por Fiascaro, 2006). De manera esquemática la información comentada de los casos queda como sigue:


Casos Victimario Víctima Relación Edad de Edad del Motivo del Causa de
Social la Víctima Victimario Homicidio Muerte

1. M F Padre 3 meses 21 Llanto Traumatismo
de la víctima craneoencefálico
y abdominal
2. F Y M F Madre 5 meses 21 y 28 Maltrato Traumatismo
y padre infantil craneoencefálico
3. M F Padre 1 año 26 Venganza Asfixia por
5 meses a la esposa estrangulación
4. M F Padrastro 1 año 28 Llanto de Traumatismo
5 meses la víctima craneoencefálico

5. F Y M F Madre 2 años 19 y 34 Maltrato Traumatismo
y Padre infantil abdominal

6. F Y M F Madre 2 años 28 y 30 Maltrato Traumatismo
y Padrastro Infantil encefálico y contusión
torácica profunda

7. F Y M F Madre 3 años 24 y 25 Maltrato Traumatismo
y Padrastro Infantil craneoencefálico

8. F Y M F Madre 4 años 28 y 30 Maltrato Traumatismo
y Padre Infantil craneoencefálico

9. M M Padrastro 4 años 26 Venganza a Asfixia por
la esposa estrangulación

10. M M Padre 5 años 26 Venganza a Asfixia por
la esposa estrangulación

11. M M Padre 5 años 30 Venganza a Herida por
la esposa arma de fuego

12. M F Padre 9 años 30 Venganza a Herida por
la esposa arma de fuego

13. M F Padre 14 años 34 Miedo a ser Asfixia por
acusado de violación. estrangulación



DISCUSIÓN
Como se pudo advertir en los casos de filicidio múltiple la agresión es desplazada hacia el hijo, siendo éste víctima indirecta de las circunstancias. El significado de un hijo y el valor de su vida humana como ser social se minimizan, se despoja al niño de su individualidad y es utilizado como un objeto, instrumento de venganza del cual se puede disponer a voluntad por ser propiedad del padre. Lo anterior se puede tomar como un elemento remanente aún vivo de la ley romana de la Patria Potestad influyente en nuestra cultura, se trata de un elemento residual instituido desde la cultura romana, en la que, el derecho romano imperial otorgaba al padre la facultad de disponer de aquellos que vivían en su casa; esposa, hijos y esclavos, así como de vender, matar o aún comer a cualquiera de sus hijos sin dar ninguna explicación (De la Espriella, 2006).
Se trata en estos casos de homicidios vengativos tal y como propone Resnick (1994) citado por Castaño (2005) se han identificado aquellos filicidios cuyo motivo está fincado en el resentimiento, en la compensación (aunque lejana) de un agravio, el asesinato del niño ocurre porque el padre homicida transfiere el odio que siente hacia la pareja al hijo, matándolo; estos son los casos donde la infidelidad es en la mayoría de los casos la razón de las muertes de los infantes, esto revela como las estructuras patriarcales han sido cimentadas con tal fuerza e intensidad que su vigencia histórica no caduca en aquellas situaciones en las que el hombre se vive ofendido en su masculinidad.
El hombre como figura paterna no está condicionado para el cuidado de los hijos, su rol solo está socialmente estructurado para proveer seguridad económica, el cuidado, amor, paciencia, protección, son papeles que juega la figura materna. El hombre solo se cuida a si mismo por su carácter egocéntrico y no ve por la procuración de los demás, esto incrementa la intolerancia frente a las necesidades de los que conviven cotidianamente con él, como lo son los hijos y la esposa, tratándose de los hijos y sobre todo de los más pequeños las demandas se trivializan mucho mas que las de una mujer, por ser tan pequeño el niño no es difícil creer que sus necesidades sean minimizadas y que la intolerancia hacia las mismas se acreciente disminuyendo la disposición de calma y atención del padre hacia el hijo. En cambio, la madre por naturaleza es el ser mas bondadoso y dedicado en su rol materno, procura el bienestar y protección de los hijos, dirige toda su atención y amor para cubrir sus necesidades, por ello es difícil creer que la madre sea capaz de hacerle algún daño a sus hijos y cuando éste se propicia, se dice que fue realizado por el mismo amor. Nogeras (2004, citado por Kalinsky y Cañate, 2005) menciona que el apego de una madre por su hijo es un valor universal; sin el supuesto esencialista de un lazo biológico, considera que es razonable coincidir en que una madre sienta afinidad con sus hijos.
Por otro lado, existe una trivialización, en los casos de maltrato físico, de las repercusiones de la violencia infligida en el cuerpo de los niños. Se minimizan los actos físicos violentos, aduciendo que se trata de medidas disciplinarias correctivas, de tal modo que la violencia perpetrada se enmascara en el principio educativo de la socialización. Pudiendo, como ha sido demostrado llegar al homicidio, clasificando estos casos como filicidio provocado por un impulso violento y/o actos sádicos de castigo, Guileyardo y otros (citado por Castaño, 2005) hacen mención que en estos casos existe un maltrato precedente, la muerte del hijo puede ser presentado como un accidente, en el segundo ocurre en un evento aislado siguiendo a un abuso repetitivo.
En efecto, aún existen padres que consideran que los golpes o cualquier daño físico y psicológico son medidas correctivas para el mal comportamiento de los hijos, estas medidas llegan a ser tan recurrentes, intensas y prolongadas que, el hijo víctima de este maltrato termina falleciendo. Como se puede observar, se trata de una peligrosa creencia social. El abuso se instaura como un acto habitual en la vida cotidiana de las familias, donde se recalca una organización familiar comandada por una autoridad abusadora, asociado quizás con la violencia doméstica, donde el marido/padre hace uso de la violencia para ejercer un poder que no puede ser contrarrestado. En primer término, la violencia va dirigida hacia la mujer, este ejercicio abusivo de la autoridad se ve influido por experiencias inmediatas, las instituciones (familias de origen, vecinos, amigos, compañeros de trabajo), que han creado un conocimiento ideal del modelo de “ser hombre” socialmente legitimado.
Habrá que hacer notar que, los casos analizados en este trabajo, se observa de manera repetitiva que los padres poseen bajos recursos, las madres son amas de casa en la mayoría, tienen un bajo nivel educativo, los padres en dos de estos casos eran desempleados y las madres meseras o comerciantes, solo un padre quien comete el filicidio por venganza y se suicida, tenía un grado de estudios superior a los demás (Licenciatura). Este conjunto de condiciones sugiere un patrón de violencia instalado en individuos excluidos.
En suma se puede decir que, de los casos estudiados se advierte una tipología inicial, filicidios cometidos por venganza en contra de la mujer, filicidios cometidos por incapacidad paterna, y filicidos cometidos por transacción. Los primeros se perpetran por una masculinidad humillada, los segundos por una intolerancia a las demandas y cuidados que requiere un menor, y los últimos se estos últimos se consuman en función de una oscuro arreglo entre los miembros de la pareja, en el que se tolera y se acuerda el uso y abuso del menor.

BIBLIOGRAFÍA
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Cimac Noticias (2007) D.e. http://www.cimacnoticias.com/site/07031209-Mexico-diario-muere.16849.0.html. Fecha de consulta: (9-07-07)
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Kalinsky y Cañate (2005) Revista Electrónica del Centro de Investigaciones Criminológicas de la USMP-PERÚ- 2da.Edición.
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Raymos, L. (2006) Filicidio y cultura. Periódico cultural Logos. (9-07-07)

18.9.08


Los desequilibrios del poder en las parejas envejecientes
Leonor Delgadillo Guzmán*
Aída Mercado Maya**
RESUMEN
El panorama actual de la población a nivel mundial, empuja hacia una mirada diferente, en tanto que, el papel de la longevidad nunca había destacado tanto como antes. Para dar un ejemplo, el número actual de adultos mayores o también conocidos como envejecientes en México, asciende en este momento a casi cinco millones (Consejo Nacional de la Población, CONAPO, 1998). Desde las ciencias sociales se ha subrayado los efectos de esta etapa en ambos géneros. En este sentido, el objetivo del presente trabajo es analizar cómo el poder en las relaciones de parejas envejecientes, produce una inflexión importante con efectos distintos en el varón y en la mujer. Esta inflexión está ligada con la relación histórica que ambos géneros tienen con el espacio doméstico. Relación que a final de cuentas lega una ventaja social a la mujer sobre su pareja.
Palabras clave:
Poder, vejez, género.
Frame 10Frame 11
Power Imbalances in Aging Couples
ABSTRACT
The present panorama of population on a worldwide basis requires a different perspective, in that the role of longevity has been more pronounced than ever before. As an example of this, the present number of elders, who are also referred as the aging in Mexico, has reached a population level of five million (National Population Council, CONAPO, 1998). The social sciences emphasize the effects of longevity in this stage of life for both genders. In this sense, the objective of this paper is to analyze how power relations in aging couples produce an inflexion in this relationship with distinct effects on women and men. This inflexion is related to the historical relationship of both genders in relation to domestic space. The final relationship produces a social advantage in favor of women in this relationship.
Keywords:
Power, old age, gender.
Introducción
El actual avance tecnológico de las ciencias ha tenido múltiples efectos, entre los que destaca el aumento de la longevidad en la vida del ser humano, de tal modo que, por ejemplo en Estados Unidos, la esperanza de vida al nacer es de 78 años para una niña y de 71 para un niño1. En España, la esperanza de vida se sitúa, de manera aproximada, en 80 años para las mujeres y 74 para los varones (Brown, 1993: 26).
Este cambio demográfico genera retos diferentes al interior de la familia, específicamente de las relaciones de pareja en envejecientes2, producidos por el retiro de la actividad, las condiciones de salud y la disminución en las actividades tradicionalmente desempeñadas.
Trabajar el poder3 en la relación de pareja envejeciente, implica el cómo aquel se vivencia en dicha relación, no se trata de cualquier asociación entre individuos, hablamos de una relación interpersonal íntima (con contenidos y pautas de relación que no son públicas o del conocimiento de los demás) en la que se juega una fuerte carga afectiva, con una historia prolongada previa.
Una relación que de cara al proceso de envejecimiento se ve obligada a producir cambios adaptativos, los que pueden ser favorables (de cuidado, protección, confort, propio y del otro) con base en su recursos, su condición y sus relaciones familiares extensas, o bien, pueden ser desfavorables (de dominio, explotación, venganza, hasta llegar a la violencia directa o auto-infligida).
La dirección que tomen los cambios producidos en la relación de pareja, como la reincorporación del hombre al hogar, el cambio de actividad de la mujer dejando su independencia para convertirse en cuidadora dependerán de la flexibilidad de los miembros para ajustarse a una nueva dinámica de vida. Que al interior guarda la oportunidad de recrear la relación entre ambos así como la oportunidad de recrear el uso del tiempo, del espacio y del propio cuerpo.
El objetivo del presente artículo es analizar los desequilibrios de poder que se producen en la relación de parejas envejecientes, bajo el entendido que se afronta una situación de ruptura de la cotidianidad que se venía viviendo al momento en que el varón llega a su retiro laboral.
En este sentido, universalmente hablando, la mayoría de las culturas han establecido un equilibrio no equidistante del acceso y manejo del poder entre el varón y la mujer, este tipo de equilibrio se produce y reproduce en las relaciones de pareja y para el caso que nos ocupa: las parejas envejecientes, este principio de asignación de recursos diferenciados no es la excepción.
Particularmente hablamos de equilibrio porque se trata de un estado de relación entre ambos géneros regulado a través de normas sociales, que se objetiva en la convivencia cotidiana de la pareja. Destacando el hecho que tales normas sociales han sido asumidas por ambos miembros de la pareja con base en el poderoso efecto del proceso de la socialización; proceso transmitido y legitimado por instituciones que van desde la familia de origen hasta la escuela, la religión y el estado.
Hipotéticamente hablando se ha planteado que las parejas envejecientes pueden encontrar en esta nueva condición de vida un estado de bienestar acorde a la edad que tienen, sin embargo, la realidad señala que tal estado no se da en automático, ni como efecto consecuente de una trayectoria de vida. Es al respecto de esta situación dilemática que buscamos mostrar el cómo se juega el ejercicio del poder en las parejas una vez que se reconocen como envejecientes.
1. Fundamentación teórica
1.1. Las estadísticas hablan
De acuerdo con Ham (1999: 7) hay un importante descenso en la mortalidad y en la fecundidad, dando lugar al proceso de envejecimiento de la población. Rebasar los 60 años y experimentar las transiciones que suelen caracterizar el ingreso a la 3ra edad, tales como el retiro de la actividad económica, el llamado nido vació o la viudez, no implican necesariamente la pérdida de autonomía y el deterioro de la calidad de vida. Estas condiciones son propias de una etapa posterior, a la que se le ha denominado cuarta edad, se inicia alrededor de los 75 años (Consejo Nacional de la Población, CONAPO, 1998).
La prevalencia de la cuarta edad en el total de la población de 60 años en México se ha estimado en un 17.5 por ciento, sin embargo, la proporción de ancianos que han experimentado la transición a esta etapa final del curso de vida muestra diferencias importantes en los distintos grupos de edad, lo que sugiere que para el total de la población el incremento de las probabilidades de ingreso a la 4ta edad se presenta alrededor de los 75 años.
Entrar a la 4ta edad implicaría entonces un alto nivel de incapacidades y deterioro funcional, así como, una auto-percepción negativa de la salud, repercutiendo en una disminución de la calidad de vida. Estas características tienen un impacto tanto en aspectos biológicos, psicológicos y sociales (Tabla 1).
El Consejo Nacional de Población (CONAPO) distribuye a la población en tres grupos de edades.
0-14 años infancia y adolescencia
15-64 juventud y edad adulta
65 ó más, edad avanzada
Las cifras señalan parte de los cambios en los montos y estructuras de edades de la población de México dentro de la cual se enfoca la atención sobre las edades de 65 años y más, debido a que es en este segmento donde se inicia un declive en la calidad de vida.
Las cifras nos muestran que la tasa de crecimiento demográfico tiene una tendencia a disminuir por lo cual habrá más ancianos y se necesitarán mayores recursos tanto institucionales que den satisfacción a las demandas actuales (guarderías para ancianos, lugares de trabajo, lugares de entretenimiento, sitios de retiro para ancianos abandonados o para aquellos incapaces de sobrevivir sin compañía) de acuerdo a lo proyectado para el año 2050.
1.2. La conceptualización social del envejecimiento
La mayoría de las palabras que son utilizadas para referirse a la vejez son peyorativas: viejo, anciano, senil, entre otras más. Está otra propuesta para referirse a la vejez con términos no violentos como: la tercera edad, adulto mayor, envejeciente, junto con la aceptación de la muerte propia y de los pares.
Dentro de esta última propuesta, se hace énfasis en el cuidado de la salud desde que se es joven, o por lo menos, como adulto, mantener un régimen de cuidado general por el cuerpo, contemplando una adecuada alimentación, actividad física, relaciones sociales familiares y no familiares. En síntesis se propone vivir sanamente y con bienestar, vivir como un viejo joven y no como un viejo viejo (Neugarten, 1999: 61), condición que estará determinada en parte por la ausencia de incapacidad y por el grado de autonomía. Esto no resulta tan sencillo para todos los miembros de una sociedad, sea cual fuere, por las condiciones de desigualdad que pudiesen imperar.
Sea viejo joven o viejo viejo, en nuestras sociedades industrializadas los envejecientes residen en sus propios hogares, cuidando de sí mismos e independientes del resto de su grupo primario en tanto que puedan subsistir en solitario, es hasta que ya no pueden valerse por sí mismos, que en algunos casos los hijos pueden aceptarlos como residentes en sus domicilios. Sin embargo, cada vez es más frecuente que los envejecientes sean internados en asilos. Frame 53
En general, se observa que en nuestra sociedad4, el envejeciente no juega aparentemente ningún rol familiar importante, a no ser que sea propietario de bienes de los que depende el resto de la familia (Fericgla, 1998: 141-143).
Habitualmente, señala Vega y Bueno (1996: 19), existe el esteriotipo de que los cambios que se producen en la vejez son negativos; consisten en cambios en los que fundamentalmente se van perdiendo las habilidades y las capacidades que se adquieren en la juventud y la edad adulta. Una numerosa cantidad de prejuicios negativos sobre la vejez, son incluso compartidos por los mismos adultos mayores.
Entre lo prejuicios más frecuentes observados, por ejemplo en Estados Unidos, se encuentran: la senilidad acompaña inevitablemente a la edad; la mayor parte de las personas mayores se encuentran aisladas de su familia; la mayoría de las personas mayores tiene mala salud; las personas mayores suelen ser víctimas de crímenes más frecuentemente que los jóvenes; la mayoría de las personas mayores es pobre; las pensiones son la principal causa del déficit de la seguridad social; los trabajadores mayores son menos productivos que los jóvenes; las personas mayores se jubilan a causa de su mala salud o de la proximidad a la muerte; las personas mayores no tienen ni capacidad, ni interés en las relaciones sexuales; la mayoría de las personas mayores termina sus días en un asilo (Kart, 1990, citado por Vega y Bueno, 1996: 19).
Como se puede observar, a los adultos mayores se les ha definido sistemáticamente en negativo: son personas que ya no trabajan, ya no consumen, no tienen hijos, ni conviven con los que tuvieron porque los hijos ya tienen su nuevo hogar; sin embargo, esta definición social no se corresponde a la realidad. Existen segmentos poblacionales de envejecientes que cuentan con una sólida situación económica, que mantienen un contacto frecuente con sus familiares y que por lo tanto la vejez no es sinónimo de soledad.
Lo anterior no significa que se niegue o deje de reconocer que existen otros segmentos de envejecientes que encarnan esa definición negativa de la vejez, sin embargo como en el caso de Europa no se trata de la mayoría de los viejos (Fericgla, 1998:147).
1.3. El impacto de la vejez sobre los papeles sociales
La mujer en términos culturales ha sido asignada como la responsable de mantener y organizar la unidad doméstica, mientras que, el varón es responsable de proveer de los recursos materiales. ¿Cuál es la nueva posición del varón dentro de la unidad doméstica? La respuesta a esta pregunta se remite a las actividades sociales asignadas al género masculino, que se centran en dos ejes que delimitan la entrada en la adultez y continúan hasta la vejez: la familia y el trabajo5 (Rodríguez , 1998: 93).
Por un lado la familia, la cual es primaria y universal. Primaria por su morfología, estableciendo en su interior relaciones personales intensas y recíprocas, confiriendo a sus miembros una conciencia de identidad tanto individual como grupal. Universal, porque existe en todas las sociedades y en todas las épocas históricas, variando su tipología pero no sus funciones: sexuales, económicas, reproductivas y de socialización (Rodríguez, 1998: 103).
La conformación de una familia es precedida por el matrimonio o en su defecto la unión condensada entre ambos miembros de la pareja, relación a la que le sigue el nacimiento de los hijos6 debiendo ser responsable de ella, proveyéndole de los recursos materiales para su bienestar y velando que los miembros que la componen se desempeñen favorablemente en términos sociales: Esto queda constatado una vez que los hijos llegan a su periodo de vida productivo y de procreación, actuando de acuerdo con los criterios culturales establecidos.
Por otro lado, el trabajo será el elemento que posibilite al varón proveer a su familia de los recursos materiales para su reproducción cotidiana; el trabajo constituye tradicionalmente para el caso del varón una actividad que además de lo material representa la oportunidad de canjearse prestigio y en consecuencia status social, de manera paralela las relaciones sociales se amplían, se configura parcialmente la identidad de género gracias a esta actividad, se estructura el tiempo vital (trabajo-ocio) y se cuenta con un recurso para obtener satisfacción.
Una vez que el varón llega a la vejez, enfrenta a una familia cuyo ciclo vital no presenta la misma dependencia material ni social con respecto a él, así también, enfrenta una relación distinta con el trabajo, pues ya no cuenta con el perfil pertinente para continuar como responsable de alguna actividad productiva dentro del mercado. De ahí que, una de las consecuencias que enfrenta es el retiro.
Bajo la lógica materialista de las sociedades actuales, la valía del ser humano se ha fundado básicamente en su productividad económica. Por lo que podríamos decir, en el caso de los retirados que, la vida no es valorada, instalándose el sentimiento de inutilidad en la persona, pues como no tiene un trabajo remunerado, no se es útil a la sociedad, razón por la cual ésta a su vez, la confina y rechaza (González, 2007: 17; Hernán, 1996: 40-42).
Junto con ello, la persona retirada encara el proceso natural de deterioro de sus capacidades físicas y sicológicas, que en el mejor de los casos, si se trata de un envejeciente varón que tuvo una vida previa con buenos hábitos alimenticios, actividad física continua, favorables antecedentes de salud, afrontará el deterioro propio de la edad.
En caso contrario de haber encarado sucesos vitales desfavorables en tiempo previo al esperado, como por ejemplo: muerte de la pareja, muerte de un hijo, separación, intermitencia laboral, despidos, problemas físicos o sicológicos.
Con base en lo anterior y siguiendo la pregunta planteada ¿cuál es la nueva posición del varón dentro de la unidad doméstica? La posición que ocupa, es una posición incómoda, con fuertes presiones sociales que pueden producir la vivencia de estrés haciendo aún más difícil su proceso de aceptación y adaptación a su condición de envejeciente varón.
Su identidad ahora tendrá que ser configurada con base en otros elementos ajenos a su historia y a su condición previa de individuo productivo, ocupando un espacio en el que resulta extraña su presencia, espacio en el que las actividades que se llevan a cabo del mismo modo resultan ajenas sino es que proscritas a su género, y en todo caso, es poco probable que las actividades domésticas se correspondan a las actividades cotidianas que desempeñaba en su trabajo.
Como se puede observar, las fuentes sociales de poder asignadas al varón se encuentran diluidas al llegar a su vejez, fuentes que se objetivaban en: la dependencia de sus familiares hacia él y el desempeño de una actividad pública remunerada7. Al parecer la única fuente de poder que le queda es la de manifestar su voto al término de cada legislatura política (Fericgla, 1998: 141).
En los varones, la pérdida del referente del trabajo supone una difícil prueba que les obliga como ya vimos, a reconstruir su vida a partir de edades ya avanzadas. Con base en esto, se ha observado como consecuencia inmediata que los varones que se jubilan sufren un importante aumento de enfermedades somáticas y psicológicas, llegando incluso en algunos casos a la muerte rápida (en los dos años siguientes a su retiro), casos que previamente no registraban patologías diagnosticadas (Fericgla, 1998: 143).
En contraste, la mujer es engrandecida en el espacio de la casa, el varón es empequeñecido dentro de la casa, porque en ella se dan actividades, tareas y procesos de transformación de los bienes y servicios propios del género femenino e impropios para el género masculino.
¿Qué entonces va a dominar el varón cuando su vida cotidiana después de su retiro o jubilación8 propone una inserción a la inactividad, cuando su medio social señala que su actividad tiene valor solamente fuera de casa y siempre y cuando sea remunerada?
La promesa del retiro o de la jubilación es una vuelta a casa, con la familia, compensando el tiempo que se estuvo ausente. Desde luego que, se trata de una promesa ingenua, porque en principio de cuentas no hay tiempo que se recupere y la inserción a la casa con una cantidad de tiempo completa y desconocida, demanda del individuo una capacidad de adaptación, que de inicio lo coloca en una situación de conflicto, porque se encuentra en un escenario (la casa) en el que el ser y hacer es predominantemente femenino.
Un espacio en el que se le confina al varón, habiendo muy probablemente sido socializado en la vivencia de la libertad de estar ausente de la casa, porque su lugar social como varón es el lugar público. Mientras que el lugar social tradicional de la mujer es el lugar privado.
A este respecto Bourdieu (2000) apunta que, la peor humillación que puede recibir un hombre, es el verse asociado o calificado como mujer. Insistimos ¿Cómo entonces podrá el varón conciliarse como jubilado (en el caso que lo sea) permaneciendo en un escenario culturalmente feminizado?
Y la mujer por su parte, ¿de qué manera tendrá que comportarse ante la presencia de aquel que estuvo ausente la mayor parte del tiempo? Vive el dilema de continuar o cambiar su forma de conducirse dentro de la casa, debiendo en el mejor de los casos, evaluar que cosas mantener y que otras modificar.
Ya sea que se introduzca o no en un proceso reflexivo, ella se encuentra en un espacio que le es conocido y reconocido, por lo mismo, se encuentra en un espacio que domina, que le resulta familiar desde los ínfimos detalles hasta las tareas más elaboradas, como por ejemplo la organización de festejos. Por lo tanto, se encuentra en una condición de ventaja en comparación con su pareja.
En este sentido, trabaje de manera remunerada o no, la mujer se encuentra disponiendo actividades por y para la casa que le son naturalmente propias. Difícilmente sufrirá una crisis de identidad sobre su hacer doméstico cotidiano al momento de llegar a su vejez9, pues desde que nace su destino social está establecido para configurarse a sí misma a través del otro y de lo otro, del otro que es la familia, el esposo y los hijos, y de lo otro que es la casa.
¿Cuáles son los posibles caminos que la pareja puede tomar? Uno es de colaboración, otro es de resistencia por una de las partes o peor aún, por ambos.
En el primer camino, en el de la colaboración, se podrá encontrar que la disposición abierta y explícita que se tiene del tiempo, es un recurso con grandes posibilidades de ocupar para: divertirse; liberarse del aburrimiento y la rutina, desarrollando actividades de interés mutuo o personal que antes no se pudieron llevar a cabo justamente por falta de tiempo, pudiendo con esto producir una nueva red de relaciones sociales. Viajar; emprender una nueva actividad económica de tiempo parcial o de tiempo completo; fortalecer o mejorar la salud con actividades físicas regulares, es decir, hacer alguna actividad deportiva en la medida de las propias posibilidades.
En caso de que el camino para afrontar este desequilibrio de poder por la pareja sea el de la resistencia, el pronóstico para lograr un ajuste favorable de mutuo entendimiento y asunción de su nueva condición como paraje envejeciente, es desalentador, pues las diferencias se agravan y acumulan conforme transcurre el tiempo, sin llegar a establecer acuerdos y plantear esfuerzos y ajustes mutuos. Dicha condición que va deteriorando la relación y debilitando los sentimientos afectivos favorables, que hasta ese momento se profesaban, son remplazados por sentimientos desfavorables que producen una distancia emocional, que se ve reflejada en la evitación del uno por el otro, o bien, en una evidente evitación mutua.
La irritabilidad, la indisposición, el menosprecio, van ocupando cada vez más un mayor espacio en la dimensión emocional de cada miembro de la pareja, entre cuyas consecuencias se encuentran: el silencio, las respuestas cortas y despojadas de emotividad íntima. Al final, sólo se encuentran dos perdedores, cuyos actos están escribiendo un cierre de vida de pareja insatisfactorio y estéril. Guiados por el espejismo de no retroceder en sus posiciones, ni ceder frente a las argumentaciones, porque ello significa reconocer que se está equivocado, que se está actuando con la sinrazón, y por lo tanto, con la imposición.
En realidad, se pueden estimular batallas absurdas buscando que el estado de relación como pareja y con respecto al poder, continúen como hasta ayer, se fortalece la inflexibilidad y con ello se fortalece la posibilidad de una convivencia tensa y desgastante, para ambos, tanto para el que está en guardia de buscar controlar como para aquel que está alerta de no dejarse controlar ¿quién de ambos está en cuál lugar?
Reflexiones finales
Existen cambios con la vejez que exigen un proceso de aceptación y adaptación de aspectos vitales de la vida cotidiana de ambos géneros, y que como consecuencia obligan a un redimensionamiento de la relación de pareja. Los cambios en la vejez afectan de manera diferente al hombre y a la mujer; mientras que el hombre afronta una condición de pérdida de la autonomía.
Debido al proceso de socialización al que es sujeto particularmente el varón como género, sumada a la lógica materialista del mundo actual, la pérdida del poder económico no puede ser compensada con su inserción al ámbito doméstico.
La mujer, en tanto que configurada a ser para el otro o los otros, cuenta con una devolución afectiva por parte de los hijos y del entorno social (familiar y no familiar) que le hace menos difícil la aceptación de su vejez. Y en caso de contar con esta devolución afectiva de manera limitada, tiene el recurso de producir servicios de atención y bienestar a los demás. Si bien es cierto que esta conclusión no es del todo generalizable a todos los casos, si podemos considerarla para la mayoría.
Dicho esto en otras palabras, salvo que en la mujer se presente un proceso de envejecimiento acelerado, la importancia social de la labor doméstica permanece constante. Con el retiro de la vida económica, el varón se ve inmerso en un proceso desconocido para el que será necesario utilizar recursos de adaptación nuevos y por lo tanto diferentes, que resultan al mismo tiempo, ajenos a la dinámica previa de status social que vivía.
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